La iniciativa presupuestaria del presidente Donald Trump dejará a millones de personas sin cupones para alimentos, parte del conjunto de nuevas reducciones propuestas al gasto que ya suscitaron las críticas de legisladores de ambos partidos en el Capitolio.
El plan presupuestario de Trump para el año fiscal 2018 será dado a conocer el martes e incluye recortes a programas como el Medicaid (asistencia médica para los pobres y discapacitados), las pensiones de los empleados federales, las prestaciones sociales y los subsidios agrícolas.
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En concreto, el presupuesto de Trump incluye recortes por 1,7 billones de dólares en 10 años a los llamados programas obligatorios, según personas enteradas del plan.
Los recortes abarcan las pensiones a los trabajadores federales y aportaciones más altas para las prestaciones de jubilación, así como los créditos fiscales reembolsables pagados a los trabajadores pobres.
Las fuentes solicitaron el anonimato para hacer declaraciones sobre el plan presupuestario.
Los recortes a los cupones para alimentos alcanzarán 193.000 millones de dólares en la próxima década _más de 25%_ y se aplicará mediante una reducción al acceso y un aumento de los requisitos laborales, según los puntos de discusión divulgados por la Casa Blanca. El programa beneficia en la actualidad a 42 millones de personas.
En Puerto Rico, datos oficiales apuntan a que casi 1.3 millones de personas reciben ayuda de cupones de alimentos mediante el programa del PAN. En promedio, una familia de cuatro personas recibe $240 mensuales en cupones de alimentos.
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La reducción a los cupones para alimentos es varias veces mayor que las intentadas por los republicanos en la Cámara de Representantes hace algunos años y representa el grueso de una propuesta por 274.000 millones de dólares en 10 años dentro de la llamada revisión a la asistencia social.
La iniciativa incrementada sigue a una impopular divulgación parcial en marzo de recortes promedio de 10% para las agencias internas y la asistencia exterior, propuestas que fueron censuradas por los legisladores de ambos partidos.
Los nuevos recortes son impopulares también.
“Creemos que está equivocado”, dijo el representante Mike Conaway, presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, cuando se le preguntó acerca de los próximos recortes a los programas agrícolas. “La producción agrícola está en su peor caída desde la depresión, con un desplome del 50% en los ingresos netos de los productores. Ellos necesitan esta red de seguridad”, añadió Conaway, republicano por Texas.
El plan presupuestario de Trump promete equilibrar las cuentas federales al final de un plazo de 10 años, incluso si exime de los recortes a las prestaciones de retiro del Seguro Social y el programa gubernamental de asistencia médica para los ancianos Medicare.
Para lograr ese equilibrio, el plan del director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, se basa en cálculos optimistas del crecimiento económico y en un aumento resultante de los ingresos, abandonando la promesa de Trump de un “recorte fiscal de gran escala”.
En cambio, el plan tributario de Trump promete una revisión completa que reduciría las tasas impositivas pero que se basaría en eliminar las exenciones fiscales y en un crecimiento económico.
Trump también está apuntando al programa Medicaid, que también provee atención en casas para ancianos a millones de personas que no podrían pagarla.
La Cámara de Representantes vivió un enconado debate sobre la atención de la salud antes de aprobar a principios de mayo un proyecto de ley de salud del Partido Republicano _por una votación ajustada de 217-213_ que incluyó más de 800.000 millones de dólares en recortes de Medicaid durante la próxima década.
Los republicanos clave no están interesados en otra ronda de recortes al programa.