La exfiscal general, Sally Yates, aseguró hoy que avisó a la Casa Blanca de que el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn había mentido sobre el contenido de sus conversaciones con Rusia y estaba expuesto a un “chantaje” por parte del Kremlin.
En una audiencia en un subcomité del Senado, Yates dijo que avisó al Gobierno de Donald Trump para que “tomará medidas”, algo que se prolongó más de dos semanas, pues Yates avisó a la Casa Blanca del contenido las conversaciones entre Flynn y el Kremlin el 26 de enero y no fue hasta el 13 de febrero cuando dimitió el asesor.
PUBLICIDAD
La clave de la investigación, precisamente, se sitúa en ese retraso del Gobierno de Trump para tomar medidas y las razones que le llevaron a prolongar su decisión.
El senador demócrata Al Franken aventuró que la razón por la que Trump no despidió a Flynn cuando Yates le alertó sobre su comportamiento es porque “otras personas” en el equipo del presidente se habían supuestamente coordinado con el Gobierno ruso para influir en el resultado electoral.
Ni Yates ni el exdirector de la Oficina de Inteligencia Nacional James Clapper, que también compareció en el subcomité del Senado, fueron tan lejos al hablar de la supuesta injerencia de la inteligencia rusa en las elecciones y en el papel que Flynn podría haber jugado en la trama.
Lo que sí explicó Yates, por primera vez de manera pública, fueron las dos reuniones y la conversación telefónica que mantuvo con el asesor jurídico de la Casa Blanca, Donald McGahn, sobre los contactos de Flynn con los rusos, algo que desembocó en el despido del propio Flynn el 13 de febrero.
Flynn tuvo que dimitir por haber mentido al vicepresidente, Mike Pence, sobre el contenido de las conversaciones que mantuvo con el embajador ruso en EEUU, Sergey Kislyak, a finales de año, antes de que Trump tomara posesión y justo cuando el expresidente Barack Obama acaba de imponer sanciones a Rusia.
PUBLICIDAD
Flynn dijo a Pence que no abordaron el tema de las sanciones y, por eso, el vicepresidente apareció en televisión defendiendo esa afirmación, que posteriormente se probó como falsa.
En sus conversaciones con la Casa Blanca, Yates alertó de que había diferencias entre el verdadero contenido de las conversaciones de Flynn y la forma en la que Pence lo había descrito.
“Hablamos con la Casa Blanca porque pensábamos que el vicepresidente y otros tenían derecho a saber que la información que estaban dando al pueblo estadounidense no era cierta”, argumentó Yates, que supuestamente tuvo acceso a una transcripción de la conversación entre Flynn y el diplomático ruso.
Pero ante todo, tomó la decisión de informar a la Casa Blanca porque los rusos podían usar material “comprometedor” de manera abierta o de manera sutil para “tener influencia” en un miembro tan importante del Ejecutivo como el asesor de Seguridad Nacional.
“Esto (las mentiras de Flynn) eran un problema, no solo porque los rusos sabían esto y tenían información sobre eso, sino porque pensábamos que podía ser utilizado para hacer chantaje”, dijo Yates.
“Se creó una situación comprometida, una situación en la que el asesor de seguridad nacional podía ser chantajeado por los rusos. Finalmente, les dijimos que estábamos dando toda esa información para que tomaran medidas, las medidas que consideraran apropiadas”, añadió.
Después del primer encuentro con McGahn, Yates volvió a reunirse con este asesor de la Casa Blanca al día siguiente, el 27 de enero.
En ese momento, según Yates, McGahn supuestamente preguntó por qué al Departamento de Justicia debía de importarle si un miembro del Gobierno, como Flynn, mentía al vicepresidente de Estados Unidos, una idea que ha despertado la indignación de algunos senadores demócratas.
Testimonio contradice a portavoz de la Casa Blanca
El testimonio de Yates contradice, aparentemente, las declaraciones del portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien hasta ahora ha defendido que Yates dio una “advertencia” a McGahn sobre las conversaciones, pero no alcanzó a ofrecer una exhaustiva explicación sobre su naturaleza.
Yates ejerció como “número dos” del Departamento de Justicia entre enero de 2015 y enero de 2017 y, posteriormente, se desempeñó como fiscal general durante diez días de manera provisional mientras el Senado examinaba la candidatura del actual titular de Justicia, Jeff Sessions.
Fue obligada a dimitir el 30 de enero por rechazar la orden ejecutiva de Trump para prohibir la entrada a EEUU de refugiados y nacionales de siete países musulmanes, medida que fue bloqueada por los tribunales y luego sustituida por otra orden, también bloqueada.
Senadores republicanos, como Ted Cruz y John Cornyn, aprovecharon la audiencia para criticar a Yates por su insubordinación. La audiencia de hoy forma parte de la investigación que lleva a cabo el Congreso y el FBI sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales, un caso que ha pasado a conocerse como “Rusia Gate” en alusión al escándalo del Watergate que acabó en 1974 con la Presidencia de Richard Nixon.
Rusia ha negado cualquier interferencia en las elecciones y Trump ha rechazado cualquier acusación sobre una supuesta coordinación entre su equipo y el Kremlin para influir en las elecciones.