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Cuando tu piel dice: ¡eczema!

Dra. Eneida De La Torre

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Como la piel es el órgano más grande del cuerpo, muchas condiciones de salud se van a manifestar en o a través de ella. Por eso, cuando la piel se expresa, hay que saber escucharla y atenderla, advierte la dermatóloga Eneida De La Torre.

Una de las condiciones de la piel más comunes es el eczema, el nombre más amplio para identificar varias enfermedades de la piel, como es la dermatitis atópica, explicó la doctora De La Torre. “La piel tiene la habilidad de mantener barreras que nos van a proteger de todo nuestro ambiente. En estos pacientes con eczema, esa barrera está afectada. La unión de las células no funciona igual”, señaló la especialista, quien apuntó que se estima que entre el 3% y 10% de la población en Estados Unidos padece esta enfermedad.

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Una de las características de la dermatitis atópica es que puede manifestarse desde la infancia – el 80% de los pacientes la desarrolla en esta etapa – y permanece a lo largo de la vida. En el bebé, la dermatitis atópica va a causar una incomodidad constante por el picor y las erupciones en la piel. “La condición se puede ver a simple vista, porque el área donde se produce la erupción se torna rojiza y escamosa. Es un indicio de que existe inflamación debajo de la piel y hay que atenderla de inmediato”, señaló la experta. La condición puede confundirse con el llamado “sarpullido” que se atribuye al calor o a alguna alergia momentánea.

El paciente sabe que su condición se activa cuando siente el picor, al que le seguirá la erupción. En niños y adultos, la dermatitis atópica puede aparecer en áreas como la cabeza, el cuello, el interior de los codos, las manos, las muñecas, parte posterior de las rodillas, los tobillos y los pies. En los adultos, también pueden aparecer llagas, parches gruesos o decoloración en el pecho.

La dermatitis atópica está relacionada con causas hereditarias. Es muy probable que un paciente desarrolle esta enfermedad tenga un historial familiar de asma, rinitis alérgica o dermatitis atópica. “Algunos pacientes tienen las tres combinaciones, pero también alguna de estas variaciones genéticas”, indicó De La Torre. Es probable, además, que el paciente muestre predisposición a alergias a alimentos, como la leche, o factores ambientales.

Por eso, mencionó, es importante cuidar la alimentación y observar sus efectos en la piel. Asimismo, De La Torre indicó que factores externos como perfumes, detergentes, texturas, el estrés, el polen y los animales pueden exacerbar la condición, así como las temperaturas, la grama y picadas de insectos. “Hay tantos factores ambientales, que siempre le decimos al paciente o a los padres que deben identificar qué les activa la dermatitis”, dijo. Explicó que durante este periodo de pandemia, el uso necesario y continuo de productos de higiene ha causado un aumento de irritación en las manos.

Aunque la dermatitis atópica no tiene cura, sí tiene varias opciones de tratamiento. Lo importante es lograr identificarlas lo más rápido posible con el pediatra y dermatólogo del paciente. “Existen esteroides tópicos para cada área de nuestro cuerpo y según la edad. Es necesario que el tratamiento sea guiado por un dermatólogo o pediatra para dar con los medicamentos más adecuados”, manifestó De La Torre, al mencionar entre las alternativas algunos antiiflamatorios, antiistamínicos, antibióticos o biológicos inyectables.

Recomendó que, como parte de la disciplina del paciente con dermatitis atópica, este utilice jabones para piel sensible y la humecte constantemente con cremas para eczema. “Si se es consistente, con un tratamiento adecuado, la condición se puede controlar. Siempre es importante escuchar nuestra piel”, concluyó la dermatóloga.

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