Cuando María Jesús Yarad completó el examen de grado en el instituto donde estudió gastronomía, no tuvo que hacer nada parecido a lo que hace ahora. La chilena de 24 años se pone nerviosa ante las cámaras y, aun así, se las arregla para preparar recetas y subirlas a la fan page de su cuenta: Sagrosso.
“Solo aparecen mis manos”, dice, argumentando que es distinto a que si tuviera que aparecer por completo o hablando. Además, hace lo que le gusta: cocinar. Prepara recetas en la cocina de su casa en Santiago de Chile, las sube a su fan page de Facebook (tiene cientos, incluso miles de “me gusta”) y vuelve a hacerlo. En poco más de ocho meses, su fan page ya tiene casi 250,000 seguidores.
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“Las recetas que más pide la gente o las que más se comparten y comentan son las que tienen ingredientes grasosos. El queso y el tocino son muy pedidos”, explica María Jesús. Al tiempo, prepara una receta de pollo al jugo con cuscús.
¿Qué es lo más difícil de hacer videos de recetas?
—La imagen es importante, y hay que estar muy pendiente de no pasar las manos sobre la cámara para no tapar el plato. Eso me costó mucho, porque una está concentrada. Es bueno también tener los ingredientes picados y listos antes de empezar a grabar para facilitar el proceso. A mí lo que más me da miedo es equivocarme, porque hay que hacer todo de nuevo.
¿Cuál es el error más divertido que has tenido?
—Una vez estaba haciendo un postre con una fuente de chocolate. Tenía que usar una bombita inflada para hacer que el chocolate cayera al postre. Y cuando lo estaba haciendo, la bombita explotó. ¡Quedó todo lleno de chocolate! Las paredes, el piso, mi ropa, ¡todo! (risas).
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¿Hay algo que te hubiera gustado saber cuando empezaste o que te hubiera gustado que te dijeran sobre cómo hacer videos?
—Que una se puede equivocar, y no pasa nada. Que a veces las recetas no tienen por qué ser muy elaboradas. Las cosas más simples y más versátiles son las mejores, con ingredientes que puedas usar de muchas formas. También que el hecho de que sean cosas caras no significa que queden buenas. Un plato simple siempre se agradece.
