En ocasiones, hay parejas que demuestran su amor con flores, chocolates, alguna frase cariñosa o canciones representativas de su relación.
Pero, en el caso de Jorge Lugo, la muestra de amor a su esposa por 23 años, Yessenia Reyes, fue totalmente diferente. Y en el camino aprendió importantes lecciones.
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Un diagnóstico inesperado de insuficiencia renal llevó a que Reyes pasara por el proceso lastimoso de sentir cómo los órganos le fallaban.
El panorama crónico lo confrontó en el año 2011. Varios meses pasaron y Reyes se resistía a la recomendación de los médicos de que se sometiera a diálisis.
Al mismo tiempo, enfrentó el largo y complicado proceso de formar parte de la lista de espera para recibir un trasplante de riñón.
“El proceso para caer en lista prácticamente duró dos años. Mientras tanto, mi salud se seguía deteriorando”, recuerda Reyes mientras relataba a Metro cada etapa para lograr su recuperación.
Mientras Reyes seguía los protocolos de actualizar estudios y análisis médicos, el tiempo pasaba y el funcionamiento de sus riñones decrecía poco a poco.
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“Tú estás destruida, mujer. La función que tú tienes está en el límite”, le llegaron a decir sus médicos.
Para la mujer, la idea de un trasplante resultaba difícil de aceptar y aún más someterse a diálisis.
“Ya yo había asimilado que tenía la condición, pero jamás en la vida quería pasar por ese proceso de diálisis. Y ahí es que empieza la lucha fuerte. Le decía a mi esposo: ‘Yo no quiero dializarme’”, contó Reyes con su voz quebrantada y ojos llorosos al recordar.
Si bien Reyes logró entrar en la lista de espera para recibir un riñón, figurar entre los más de 200 pacientes no le aseguraba un trasplante de inmediato.
Pero su esposo siempre supo que él sería quien le donaría un riñón para que ella pudiera seguir compartiendo con él y sus dos hijos.
Y así fue. Varias pruebas demostraron que eran compatibles.
“Es la mujer que uno ama. […] Yo desde el principio le dije: ‘Yo soy. Yo voy a ser. Yo soy [tu donante]”, manifestó el hombre, mientras recalcaba que siempre sintió que sería la persona que prolongaría la vida de su esposa.
“Yo le dije a ella: ‘Yo quiero ser. Yo te voy a dar el riñón para que no te puedas deshacer de mí”, contó Lugo en forma de bromea para que la angustia y la tristeza no los agobiaran.
“El proceso fue bien difícil. Le duele a uno. La gente se cree que donar un riñón es fácil. En el hospital tienen que estar seguros de lo que tú vas a hacer y te meten tanta presión que uno piensa que no quieren que uno done”, explicó Lugo, quien trabaja en la Universidad Central de Bayamón. “Nos decían que mi vida era más importante que la de ella, porque yo estaba sano y ella estaba enferma”, relató Lugo de su proceso con los médicos.
Cuando lograron confirmar la operación para el trasplante, a Lugo le subió la presión y la intervención se canceló. En ese momento, Lugo dijo que perdió toda su fe y que incluso peleó “hasta con Dios”.
Finalmente, en noviembre de 2016, la operación de trasplante se efectuó exitosamente.
“La operación salió bien. Tengo a mi esposa por muchos años. No se va a poder deshacer de mí. Aprendí otra lección. Yo no creía en donación de órganos”, relató Lugo, quien dijo haber contado con el apoyo de su patrono en el proceso.
Ahora la pareja se encuentra estable y Reyes sigue al pie de la letra los pasos para conservar su salud.
“Cada vez que la miro le digo: ‘Me encanta verte así’. Me encanta verla reír. Me encanta verla feliz”, expresó Lugo entre risas y ojos llorosos.