Natalie Portman se prepara físicamente su próxima película de Marvel, “Thor: Love and Thunder”, que filmará el próximo año en Australia.
La actriz ganadora del Oscar se está entrenando a diario tras una pausa de meses en su régimen de dieta y ejercicio debido a la pandemia de coronavirus.
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“Era la ley de la selva. No hice nada de ejercicio, comí todo lo que necesitaba y quería”, dijo riendo, y reconoció que estaba “muy cansada” de despertarse temprano para su nuevo programa de ejercicios. También dijo que reconoce lo afortunada que es de que su trabajo la mantenga responsable, “así que no tengo más opción que resistir”.
Como tanta gente, también es una mamá ocupada que atiende la vida escolar y social de su hijo de 9 años y su hija de 3 durante la pandemia. En un momento hizo una pausa durante la entrevista para silenciar su teléfono, que no deja de sonar porque su hijo está en una cadena de mensajes con sus compañeros de clase.
La maternidad es lo que hace que su más reciente proyecto, “Natalie Portman’s Fables” (Fábulas de Natalie Portman), esté tan cerca de su corazón. Portman cambió tres clásicos infantiles — “Los tres cochinitos, “La liebre y la tortuga” y “Ratón de campo y ratón de ciudad” — para hacerlos más inclusivos en cuanto a género.
En su versión, la tortuga persistente y segura que supera discretamente a la liebre es hembra. “Es casi un mensaje para mí misma”, dijo Portman. “Pon atención y baja la velocidad”.
“Los libros infantiles tienen un lugar muy especial en nuestras vidas porque los leemos una y otra y otra vez como ningún otro libro”, dijo la actriz de 39 años. “Son una forma de inculcar información y valores tanto a los niños como a los padres. Y cuando leí los libros, me impresionó cómo los cuentos clásicos tenían personajes predominantemente masculinos y pensé, ’¿Qué le estoy contando a mis hijos — tanto a mi hijo como a mi hija — sobre cuáles historias merecen ser contadas y qué vidas deberían importarles?”
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Indicó que su meta era preservar y actualizar los cuentos para reflejar una cultura contemporánea “que tiene muchos géneros y no es sólo un mundo predominantemente masculino”.
Al enfatizar valores como la empatía, la amabilidad y el cuidado por el planeta, Portman dijo que su libro es “como una carta de amor” a sus hijos “sobre lo que espero que hagan en el mundo”.
Agregó que ellos fueron sus “minieditores”. Su hijo Aleph se percató del juego de palabras, su hija Amalia del humor de las ilustraciones de Janna Mattia.
De niña, Portman amaba la lectura y guardó sus libros infantiles favoritos para sus hijos. Se expresó feliz de que su hijo se haya vuelto admirador de los cuentos de Beverly Cleary y Judy Blume y dijo que para su próximo proyecto literario considera algo del gusto de su hijo, como quizás una novela gráfica.