Al romper el silencio por primera vez desde su arresto, la estrella de “Full House” (“Tres por tres”) Lori Loughlin y el diseñador de modas Mossimo Giannulli se disculparon el viernes por usar su riqueza y privilegio para lograr el ingreso de sus hijas a la universidad a través de sobornos antes de que un juez los sentenciara a prisión.
Loughlin recibió una condena a dos meses tras las rejas, mientras que Giannulli pasará cinco meses después de que admitieron que pagaron 500.000 dólares en sobornos para que sus hijas entraran a la Universidad del Sur de California como integrantes del equipo de remo.
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Haciendo un esfuerzo por no llorar, Loughlin dijo al juez que sus acciones “ayudaron a exacerbar las desigualdades en la sociedad” y prometió hacer todo lo posible para usar su experiencia como “un catalizador para hacer el bien”.
“Tomé una terrible decisión. Seguí un plan para darle a mis hijas una ventaja injusta en el proceso de admisión a la universidad y al hacerlo ignoré mi intuición y me alejé de mi principios morales”, dijo Loughlin durante la audiencia realizada vía videoconferencia por la pandemia de coronavirus.
En una audiencia previa, Giannulli dijo al juez horas antes el viernes que se arrepentía “profundamente” por el daño que causaron sus acciones a sus hijas, esposa y otras personas.
“Me responsabilizo completamente por mi conducta. Estoy listo para aceptar las consecuencias y seguir avanzando con las lecciones que he aprendido de esta experiencia”, dijo Giannulli, de 57 años, en una comunicado.
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La sentencia de la famosa pareja surge tres meses después de que cambiaran el curso de su juicio y admitieran que participaron en el ardid para admisiones universitarias que evidenció los extremos a los que llegan algunos padres ricos para que sus hijos entren a universidades de élite.
Son algunos de los cerca de 30 padres famosos y ricos que se declararon culpables en el caso que las autoridades federales llamaron “Operación Varsity Blues”, por la que descubrieron enormes sobornos para que los hijos de estos padres ingresaran a las universidades con resultados de examen fraudulentos o falsas referencias atléticas.
Loughlin y Giannulli tendrán que entregarse a las autoridades el 19 de noviembre. Al aceptar sus acuerdos de culpabilidad el juez federal de distrito Nathaniel Gorton dijo que las sentencias a prisión son “suficientes pero no mayores que el castigo necesario bajo las circunstancias”.
Gorton expresó su escándalo por la codicia de la pareja, y le dijo a Loughlin que tuvo una vida “encantadora” y “de cuento de hadas” con una carrera exitosa y suficiente riqueza y a pesar de eso no estaba satisfecha.
“Aquí está frente a mí como una delincuente declarada culpable ¿y todo por qué? Por el deseo inexplicable de tener todavía más, para tener cualquier prestigio y la gratificación instantánea que surge de poder presumir la admisión de su hija a la universidad de su elección”, dijo Gorton.