NUEVA YORK — Jessye Norman, la renombrada estrella internacional de la ópera cuya apasionada voz de soprano le valió cuatro premios Grammy y la Medalla Nacional de las Artes falleció, de acuerdo con la vocera de su familia Gwendolyn Quinn. Tenía 74 años.
Norman murió el lunes por la mañana a causa de un shock séptico y múltiples fallas en los órganos derivados de complicaciones de una lesión en la espina dorsal que sufrió en 2015, de acuerdo con un comunicado enviado a The Associated Press. Murió en el Hospital Mount Sinai St. Luke’s en Nueva York acompañada por sus seres queridos.
PUBLICIDAD
“Estamos tan orgullosos de los logros musicales de Jessye y la inspiración que ha sido para el público del mundo que seguirá siendo una fuente de alegría. Estamos igualmente orgullosos de sus proyectos humanitarios para acabar con el hambre y la indigencia así como en pro de la educación en artes y cultura”, señala el comunicado de su familia.
Los planes para su funeral serán anunciados en los próximos días.
Norman fue una intérprete pionera y una de las pocas cantantes de ópera negras con fama mundial, presentándose en teatros tan renombrados como La Scala y la Ópera Metropolitana e interpretando papeles protagónicos en obras como “Aída” y “Carmen”, además del repertorio de Wagner. Su trabajo no se limitaba a la música clásica, también llegó a cantar piezas de artistas como Duke Ellington.
“Siempre he estado atraída a las cosas que otra gente podría considerar inusual. Siempre me atrae el texto y la melodía hermosa. No es importante para mí quién lo escribió. Es más razonable tener una mente abierta sobre lo que es la belleza”, dijo Norman en una entrevista de 2002 con el diario Chicago Sun-Times. “Es importante que los músicos clásicos vayan más allá de las tres B (Bach, Beethoven y Brahms). Ellos fueron compositores maravillosos, pero se fueron al más allá hace mucho tiempo. Hay mucha música que vivirá por mucho tiempo”.
Norman nació el 15 de septiembre de 1945 en Augusta, Georgia, en la época de la segregación. Obtuvo una beca para estudiar música en la Universidad Howard en Washington, una institución tradicionalmente negra. Después estudió en el Conservatorio Peabody y en la Universidad de Michigan.
PUBLICIDAD
Debutó en Berlín en 1969 cautivando al público de ciudades como Milán, Londres y Nueva York gracias a su brillante voz en múltiples idiomas. El New York Times calificó su tesitura como “una gran mansión del sonido”.
En 1997, a los 52 años, Norman se convirtió en la estrella más joven (hasta ese entonces) en obtener el reconocimiento Kennedy Center Honor. El presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Nacional de las Artes y también le fueron concedidos doctorados honorarios de escuelas como Juilliard, Harvard y Yale.
Miembro de la Academia Real Británica y del Salón de la Fama de la Música de Georgia. En Francia nombraron una orquídea en su honor y también fue condecorada con la Orden de las Artes y las Letras.
Ganó su primer Grammy en 1985 a la mejor interpretación vocal solista clásica por “Ravel: Songs Of Maurice Ravel”. Y obtuvo un premio Grammy a la trayectoria en 2006.
Norman solía ayudar a estudiantes de artes en pro de la diversidad.
“Veo las orquestas sinfónicas de este país y quiero que se vean más como la población a la que están dirigidas. Me gustaría ver más afroestadounidenses en el escenario de la Ópera Metropolitana aquí en Nueva York”, dijo.
Le sobreviven sus hermanos James Norman y Elaine Sturkey.