Todos los años suben y bajan la calle San Sebastián al son de plena, se mezclan con la gente que los abrazan, los retratan, les cantan, los reconocen: los cabezudos son figuras comunes en la historia puertorriqueña y voces de la identidad nacional.
La tradicional comparsa suma este año el rostro de la tenismesista Adriana Díaz, pero no siempre se destacaron personajes vivos entre las figuras de papel maché.
Mientras mezclaba colores para alcanzar el tono de piel de la tenismesista, el director de la compañía teatral Agua, Sol y Sereno, Pedro Adorno, recordó los primeros cabezudos de personas vivas que elaboraron, entre las que estaban los salseros Tito Curet e Ismael Rivera.
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“Así que puedes poner a bailar en la calle a unos que están vivos y unos que ya no están con nosotros”, dijo Adorno, sonriendo. Sabe que los cabezudos cobran vida propia, devuelven la vida a los que ya no están y que, a pesar de su carácter caricaturesco, “tienen visos de cierta seriedad, de dignidad”.
Agua, Sol y Sereno ha participado de las Fiestas de la Calle San Sebastián desde 1999, acompañado con zanqueros y cabezudos (o ambos), los personajes simbólicos que hasta 2011 fueron custodiados por la fallecida Rafaela Balladares.
Lo más difícil de recrear a Adriana Díaz
El cambio en el paradigma, crear figuras de gente viva, le añade complejidad a su trabajo, opinó Adorno.
“Si tú vas a hacer el cabezudo de Adriana, que es una adolescente, una joven puertorriqueña, pues tú quieres que le guste. Estás pendiente de que se encuentre linda, que se parezca a ella, porque si no se parece a ella, no va a sentir empatía. Así que fue chavón”, explicó.
El cabezudo de la tenismesista cobra especial importancia porque “es el primer cabezudo de una jovencita, de una deportista conocida”, dijo Adorno, quien quedó fascinado con la energía de la joven de 18 años que le sigue sumando triunfos y orgullos a Puerto Rico.
“Me impresiona que ella, desde muy, muy niña, gana una competencia y te cuenta que está representando a su país y que se siente tan orgullosa de donde es”, dijo el artista insistiendo en la figura del atleta como defensor “de nuestro patrimonio, nuestra identidad, de lo que somos”.
Del mismo modo, ve las SanSe como un espacio que celebra la identidad nacional.
“A pesar de que mucha gente piensa que es baile, botella y baraja, sigue siendo una expresión de pueblo, de lo que queremos compartir unos con otros, no importa la clase social. Hay gente de los residenciales y caseríos, de las comunidades, de las urbanizaciones, la gente de la montaña con pleneros… Hay un lugar de intercambio”, defendió.
Alrededor de 25 cabezudos acompañarán hoy a Díaz a partir de las 5:00 de la tarde, incluidos los pintores Rafael Tufiño y José Campeche, entre otras figuras tradicionales.
Los niños podrán crear sus propias máscaras el domingo a las 11:00 a. m. en el Parque de las Palomas, en un taller de Agua Sol y Sereno. A las 2:00 habrá un taller de bomba con la Fundación Folclórica Cultura Rafael Cepeda y a las 4:00 se reúne la comparsa de niños.