Por: Lizeth Cadena
Hannah Baker ha decidido quitarse la vida y sus compañeros de colegio han quedado desconcertados. Dos semanas después, Clay Jensen, su amor platónico, recibe en la puerta de su casa una caja misteriosa que contiene una serie de casetes que explican las razones que la llevaron al suicidio. Así comienza 13 Reasons Why, la nueva serie de Netflix que ha generado una revolución mundial y tiene a millones de usuarios pegados a sus televisores, tabletas, celulares y más.
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Dylan Minnette le da vida a Clay Jensen, mientras que Christian Navarro encarna a Tony, amigo de Clay, y quien conoce a la perfección los secretos de Hannah. En entrevista para Metro, los actores nos contaron un poco más de esta producción que analiza a profundidad las problemáticas actuales de los jóvenes.
La producción tuvo un cuidado especial con ustedes, teniendo en cuenta que son un talento joven y que el tema tratado es delicado…
—Dylan Minnette: Los actores finalmente siempre se quedan con algo de sus personajes y, por eso, durante varias de las grabaciones, contamos con un grupo de psiquiatras y consultores que nos hablaron del suicidio y nos aclararon varias de las dudas que teníamos sobre el tema.
¿Fue su preparación más allá de encarnar a un adolescente?
—Christian Navarro: Además de la ayuda de los expertos, también pudimos tener cerca a personas que en su momento tuvieron las mismas dificultades que se representan en 13 Reasons Why. Fue una gran ayuda, porque escucharlos hizo que sintiéramos en carne propia su dolor y finalmente terminamos sensibilizándonos.
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Drogas, abuso sexual. Estos y otros temas son tratados…
—D. M.: Y no se trata solamente de Hannah y su suicidio. Cada personaje tiene algo que contar, un dilema con el que no puede vivir. Y eso a fin de cuentas es lo que se ve a diario en los colegios, pues hay un sinnúmero de estudiantes con infinitas problemáticas.
¿Cómo decirle al espectador que no es una serie exclusivamente para adolescentes?
—C.N.: Todos en esta sociedad nos relacionamos mínimo con un joven. Un hermano, un hijo, un sobrino, un nieto, un primo. Todos ellos son seres queridos que tristemente pueden afrontar cada uno de los conflictos tratados en la serie, sin que nos estemos dando cuenta.
Además, de alguna manera el espectador termina identificándose con uno o varios de los personajes de 13 Reasons Why, y con eso queremos generar comunicación para que ningún caso termine como el de Hannah Baker.
Después de esta primera temporada, ¿qué análisis pueden hacer de los jóvenes en la actualidad?
—D. M.: Claro, son sujetos que están conectados con cientos de personas en las redes sociales. Sin embargo, al caer la noche se dan cuenta de que están solos. Los adolescentes no tienen con quién hablar de lo que les pasa en el colegio, de sus compañeros, de sus primeros amores. A eso se suma que ven a sus padres como enemigos y no como consejeros. Así que finalmente llenan sus mentes con pensamientos negativos que generan depresión y toda clase de molestias psicológicas y espirituales.
¿Quiénes son ustedes luego de haber sido parte de 13 Reasons Why?
—D.M.: Mi cambio fue como actor. Siento que ahora quiero hacer personajes que realmente valgan la pena, y no para mí, sino para el público. Quiero que mis diálogos, mi forma de moverme, de expresarme, les digan algo sincero a las personas, que ellas se sientan identificadas y puedan desahogarse con la pantalla y al mismo tiempo encuentren una respuesta a sus problemas.
—C. N.: Yo también aprendí que mi profesión es importante porque puede salvar vidas. Desde la actuación podemos cambiar el mundo.
¿Qué nos pueden decir de la segunda temporada?
—D. M.: Varias son las ideas que se quieren desarrollar, pero finalmente es la reacción del público la que decidirá el destino de los personajes y de la trama. Como saben, la historia está basada en un libro. Así que tenemos mucha tela para cortar.
