Negociadores del gremio de jugadores y las Grandes Ligas tenían previsto reunirse este lunes en persona por primera vez desde el 1 de diciembre, el día que inició la primera paralización de actividades en el béisbol desde 1995.
Los peloteros tienen contemplado presentar una contraoferta a los dueños, 11 días después de que los equipos presentaron una propuesta al sindicato cuando reiniciaron las negociaciones tras una pausa de 42 días.
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Queda poco margen de maniobra para alcanzar un acuerdo y así poder iniciar a tiempo los entrenamientos de primavera, el 16 de febrero.
El primer día de la temporada regular, el 31 de marzo, también corre riesgo, debido a que los jugadores tendrían primero que reportarse con sus equipos, someterse a los protocolos de COVID-19 y cumplir al menos tres semanas de entrenamientos, incluyendo una cierta cantidad de juegos de exhibición.
Los jugadores no cobrarán salario hasta el inicio de la temporada regular y los dueños reciben un porcentaje mínimo de las ganancias durante el receso de invierno. Esos factores propician las condiciones para pocos avances en las negociaciones. La presión se haría sentir a mediados de febrero, cuando las pérdidas económicas son inminentes.
El noveno paro laboral de las Grandes Ligas comenzó el 2 de diciembre, inmediatamente después del vencimiento de un contrato colectivo que estuvo en vigencia durante cinco años.
Insatisfechos debido a que los salarios cayeron un 4%, quedando al nivel de 2015, los jugadores piden cambios significativos en la agencia libre y arbitraje salarial.
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La parte patronal no quiere ceder nada en cuanto a la agencia libre, el arbitraje salarial o las redistribución de ganancias, pero presentaron la oferta más reciente en busca de reactivas las negociaciones.
Desde 1976, las Grandes Ligas requieren seis años de servicio para que un jugador se declare agente libre. Desde 2013, la elegibilidad para aspirar al arbitraje salarial ha sido de tres temporadas.
MLB propuso reemplazar los “Super Dos”, el 22% principal de aquellos con al menos dos campañas de servicio pero menos de tres con un gasto adicional para toda la clase dos-plus con base en el rendimiento.
Los jugadores también quieren que se reduzca el reparto de ganancias, lo cual quitaría dinero a los equipos de plazas pequeñas y le permitiría a los clubes de plazas más grandes retener un porcentaje mayor de efectivo, el cual se gastaría en salarios.
El tope para el impuesto de lujo fue de 210 millones de dólares en 2021 y MLB propuso incrementar el límite a 214 millones. Los jugadores han pedido incrementar el límite a 245 millones y eliminar las penalizaciones no gravadas.
Los equipos también quieren incrementar de 10 a 14 la cantidad de clubes en la postemporada. En cambio, los jugadores ofrecen 12.
Ambas partes han ofrecido la realización de una lotería para el draft para fomentar la competitividad, pero difieren en cuántos equipos deben incluir.
En la propuesta más reciente, los equipos ofrecieron dar respuesta a las preocupaciones del sindicato sobre la manipulación del tiempo de servicio por parte de los clubes.