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Los récords mundiales de pista siguen cayendo en Tokio 2020

Una de las atletas en colocar un récord olímpico fue la boricua Jasmine Camacho-Quinn en los 100 metros con vallas

Jasmine Camacho-Quinn AP/ archivo

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Los Juegos de Tokio no dan tregua y siguen generando momentos de vértigo con una frecuencia que nunca se había visto en la pista del atletismo.

Al día siguiente que los 400 metros con vallas ofrecieron una de las carreras más extraordinarias de la historia, las mujeres dieron su propio recital y una de las mayores rivalidades del deporte estuvo a la altura de las expectativas.

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Sydney McLaughlin pulverizó el récord mundial y Dalilah Muhammad hizo otro tanto, como parte de un sensacional 1-2 de Estados Unidos en los 400 con vallas femeninos.

“Hierro que afila hierro”.

Tal fue la descripción que hizo McLaughlin de su más reciente pulseada con Muhammad. “Cada que nos paramos en la pista, siempre es rápido”.

Esta carrera deparó emoción, en una nueva jornada histórica sobre la pista del Estadio Olímpico.

McLaughlin remontó tras la última valla para cantar victoria con un tiempo de 51.46, eclipsando el registro de 51.90 que había establecido en el clasificatorio nacional recién en junio, cuando se convirtió en la primera mujer en bajar los 52 segundos. El crono de Muhammad — de 51.58 — también batió el récord mundial.

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En esta prueba, sin embargo, apenas alcanzó para la medalla de plata.

Todo apunta a que las dos seguirán devorándose el récord de aquí a los juegos de París en 2024 .

McLaughlin, de 21 años, y Muhammad, de 31, llevan dos años intercambiando la posesión del mismo.

Muhammad fue la victoriosa de la prueba en los Juegos de Río 2016.

Solo una de las mejores corredoras con vallas del mundo se quedó con la medalla de oro, y fue McLaughin la que cruzó primero en el capitulo más reciente de la mejor rivalidad actual del atletismo.

McLaughlin celebró en silencio, en parte porque recorrer 400 metros mientras se libran 17 vallas es mucho más agotador de lo que ella hace ver.

Se sentó en el suelo, observó detenidamente la pizarra — sí, un récord, otra vez — se levantó y avanzó hacia la estación de sanitización. Muhammad se le acercó, la abrazó y la felicitó. Se volverán a encontrar. El próximo mundial será en julio de 2022.

A pesar de que McLaughlin estuvo impresionante, el récord no sorprendió a nadie.

Desde el carril 7, Muhammad tuvo una salida explosiva — quizá demasiado — y tomó ventaja en la primera recta.

“La perfeccionista que hay en mí piensa ’Pude haberlo hecho, puedo hacer eso”, declaró Muhammad. “Pero no puedo hacer tanto”.

Poco a poco, McLaughlin le dio alcance y estaban prácticamente empatadas al llegar a los últimos 100 metros. Al librar la última valla, fue McLaughlin la que comenzó a despegarse.

El margen de 12 centésimas fue estrecho, pero no tanto como en Doha, cuando McLaughlin cayó por 7.

Apenas 24 horas antes, el noruego Karsten Warholm trituró su propio récord mundial en los 400 con vallas al cronometrar 45.94. Los 46.17 de Rai Benjamin, su escolta, también superaron la previa plusmarca. Seis de los corredores en esa final establecieron récords nacionales, continentales o mundiales.

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