La lluvia finalmente amainó en el Abierto de Francia, así que Petra Kvitova hizo llover ases.
La dos veces campeona de Wimbledon disparó seis, elevando su total en el torneo a 24, para llegar a su primera semifinal en Roland Garros desde 2012 y primera en cualquier Grand Slam desde que alcanzó la final en Australia en 2019.
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Su siguiente oponente será Sofia Kenin, la estadounidense que en febrero se consagró campeona del Abierto de Australia. Kenin ha tenido que jugar tres sets en cuatro de sus cinco partidos en París, incluyendo su triunfo 6-4, 4-6, 6-0 en cuartos el miércoles ante su compatriota Danielle Collins.
“Me gusta ganar en tres sets”, dijo Kenin, cuarta cabeza de serie, cuya otra única semifinal de Grand Slam fue en ruta a su cetro en Melbourne Park . “Estoy realmente orgullosa de mí”.
Al otro lado de la fácil victoria de 6-3, 6-3 para Kvitova estuvo Laura Siegemund, una tenista alemana que disputó su primer partido de cuartos de final de Grand Slam. El primer set, especialmente, pasó volando en una ráfaga de servicios de zurda que Siegemund no pudo alcanzar o aprovechar y poderosos disparos para los que no encontró respuesta.
Para Kvitova, su regreso a semifinales tras ocho años marca otro paso en su recuperación de un acuchillamiento por un intruso en su casa en la República Checa en diciembre del 2016. Los cinco dedos de su mano izquierda fueron heridos y los médicos le dijeron que pudiera no poder jugar más tenis competitivamente.
“Es otro milagro”, dijo.
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El griego Stefanos Tsitsipas se instaló en las semifinales de Roland Garros por primera vez. El quinto cabeza de serie ganó cinco juegos consecutivos y 11 de 13 para tomar control de su duelo ante el ruso Andrey Rublev (13er preclasificado), imponiéndose 7-5, 6-2, 6-3.
La jornada en la cancha Philippe Chatrier cerraba con el choque de cuartos entre el número uno del mundo Novak Djokovic y el español Pablo Carreño Busta. Ambos se toparon en los octavos de final del US Open el mes pasado, el partido en el que Djokovic fue descalificado por propinarle un pelotazo accidental en la garganta a una jueza de línea.
