Simone Biles consiguió un triple-doble. Y casi cualquier cosa que intentó para ganar su sexto título nacional de gimnasia femenina.
La campeona olímpica comenzó su preparación para los Juegos de 2020 echando abajo sus límites encadenando dos saltos mortales con tres rotaciones (conocido como un triple-doble) al final de su primer ejercicio de suelo el domingo por la noche, la joya de otra espectacular actuación que mostró lo grande que se ha hecho la distancia entre Biles y el resto del mundo.
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Biles acumuló un total de 118.500 puntos en los dos días de competición, casi cinco puntos por delante de Sunisa Lee, que fue segunda, y ocho puntos por delante de Grace McCallum, que quedó tercera. La atleta de 22 años se llevó las puntuaciones más altas en suelo, potro y barra de equilibrio y quedó tercera en las barras, recuperándose de un mal inicio el viernes que enfureció a la mejor gimnasta del planeta, que se reconoce como perfeccionista.
Prometió hacerlo mejor en las finales. Más que eso, fue espectacular. Su afán por superarse quedó demostrado en la idea de incluir el triple-doble, que ninguna mujer había logrado en competición, en su número de suelo.
Aunque no necesitaba la proeza para llevarse el título, Biles lo clavó, terminando con los pies justo al borde del lugar designado mientras el abarrotado recinto estallaba en vítores. Dos días después de un mal día _al menos, para su nivel imposiblemente alto_ Biles respondió con cuatro ejercicios sublimes que mostraron la combinación de precisión técnica, audaz ambición y carisma personal que se ha convertido en su marca personal.
Su próximo desafío serán los mundiales dentro de dos meses, a los que llegará igualada en el puesto de gimnasta femenina más premiada gracias a sus 20 medallas. El año que viene será el turno de los Juegos Olímpicos, en los que causó sensación en 2016.
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