Rafael Nadal culminó una temporada de admirable resurgimiento con una contundente exhibición frente a Kevin Anderson y conquistó el domingo su tercer título en el Abierto de Estados Unidos y la 16ta corona en un Grand Slam para un tenista español con una infinita ambición.
Con un despliegue sistemático, Nadal abrumó a 6-3, 6-3, 6-4 a un oponente que hacía su debut en la final de un slam.
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Pletórico de principio a fin, el número uno del mundo no le dio tregua alguna al sudafricano Anderson en el estadio Arthur Ashe.
La final del último grande del año se presagiaba como un desigual combate, y exactamente se dio así en las 2 horas y media de duración.
Impenetrable con su servicio, Nadal dominó en todos los sentidos, Nadal rompió cuatro veces el saque del gigante de 1,98 metros (6,8 pies) y en ningún momento afrontó una bola de quiebre.
Nadal cierra la temporada de las grandes citas con dos títulos por primera vez desde 2013. En junio, se proclamó campeón del Abierto de Francia, una cifra sin precedentes.
También completa algo inédito: Nadal y su némesis Roger Federer monopolizaron los cuatro títulos del año, ya que Federer se coronó en Australia y Wimbledon, para llegar a los 19 en su carrera.
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Y la pugna por la mayor cantidad de títulos entre los dos colosos del tenis vuelve a ponerse al rojo vivo. Nadal ahora está a tres de la cifra récord de Federer.
Todo esto notable para un jugador que hace un año sufría con una lesión en la muñeca y se hablaba de un declive irreversible.