Juan Martín del Potro no lo dudó un instante: tan pronto vio que Nicolás Almagro se derribó a la superficie de arcilla, agarrándose el rostro y llorando tras sufrir una lesión, el tenista argentino saltó la malla y se acercó a consolar a su oponente el jueves en la segunda ronda del Abierto de Francia.
Almagro abandonó el partido en el tercer set, cuando decidió que no podía continuar por una dolencia en la rodilla izquierda, que ya tenía vendada.
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La carrera del propio Del Potro se ha visto afectada por una serie de lesiones de muñeca desde que ganó el Abierto de Estados Unidos en 2009. Así que el gigante argentino de 6 pies, 6 pulgadas pudo identificarse con la situación de Almagro.
“Espero que se sienta mejor. Sé lo triste que debe sentirse después de una lesión, porque yo tuve muchas”, dijo Del Potro. “Le deseo lo mejor”.
Almagro fue llevado a un hospital, dijo un vocero de la federación internacional de tenis.
El argentino de 28 años, 29no preclasificado, avanzó a la tercera ronda del torneo, donde se topará con el favorito Andy Murray.
El partido en la cancha dos brindó algunas escenas inusuales. Con el marcador 1-1 en el tercer set, después de repartirse los dos primeros con idénticos 6-3, Almagro hizo una pausa en la línea de fondo mientras Del Potro sacaba, sin siquiera intentar devolver el servicio. El español de 31 años colocó las manos sobre las rodillas, se agachó, y después se dejó caer de espalda. De inmediato, se tapó el rostro y soltó un fuerte llanto que retumbó por todo el escenario.
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Del Potro pasó por encima de la red y caminó hasta su rival, a quien conoce desde que se enfrentaban en las categorías juveniles. Al llegar a su lado, se puso en cuclillas y le dio palmaditas de apoyo en el pecho y el vientre.
“Sencillamente hago lo que dicta mi corazón”, dijo.
Una vez Almagro se puso de pie, se dieron un largo abrazo. Y cuando el español se fue a su silla al costado de la cancha, Del Potro se sentó a su lado y le puso la mano en la cabeza mientras charlaban.
“Traté de darle algunas palabras de aliento”, relató Del Potro. “Le dije, ’trata de calmarte'”.
Indicó que le dijo a Almagro que pensara en su familia y su bebé.
“Estaba destrozado, fue difícil”, señaló. “Le dije que el tenis es importante, pero que la salud importa más que el tenis en este caso”.
Del Potro ahora tiene una cita con el número uno del ranking mundial, el mismo que lo derrotó el año pasado en la final de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Ese fue el punto culminante de un año en el que el argentino resucitó su carrera, luego de varias temporadas perdidas por tres cirugías de la muñeca izquierda.
Del Potro juega en Roland Garros por primera vez en cinco años.
La “Torre de Tandil” sufrió una leve distensión de la ingle el jueves en el partido contra Almagro, pero dijo que mejoró tras tomar antiinflamatorios y espera estar listo para el encuentro del sábado.
“Me siento bien con mi desempeño ahora mismo”, dijo. “pero también tengo que mantenerme en buen estado”.