El plebiscito del 3 de noviembre será el sexto sobre la cuestión de estatus desde 1967. El primero se celebró como parte de la estrategia del Partido Popular Democrático para “culminar el Estado Libre Asociado”. El plan para aumentar los poderes autonómicos del ELA se negoció con la administración del presidente Kennedy a cambio de colaborar y promover las políticas de la Alianza para el Progreso en América Latina. Pero el asesinato del presidente Kennedy tronchó la iniciativa y su sucesor, Lyndon B. Johnson, ni siquiera recibió al emisario que llevó los resultados a la Casa Blanca.
En el plebiscito de 1967 el ELA obtuvo 60% de los votos y la estadidad recibió 39%. La división del PPD en 1968 propició el triunfo de un nuevo partido anexionista, el Partido Nuevo Progresista, que alternaría el poder con el PPD por los próximos 50 años. Bajo el nuevo discurso populista del PNP (“los humildes serán los primeros”, “la estadidad es para los pobres”), y la proliferación de programas de ayuda federal (cupones de alimento, subsidios a la renta, Pell Grants), creció la base electoral del PNP y el apoyo a la estadidad como opción para solucionar el estatus colonial.
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En la década de los noventa se celebraron dos plebiscitos de estatus bajo el gobierno PNP de Pedro Rosselló. En 1993 la opción de estadidad logró el 788,296 para un 46.3%. Pero el ELA derrotó a la estadidad con 48.6% de los votos. A pesar de esta derrota, tanto la estadidad como el ELA daban saltos cuantitativos en direcciones contrarias: la primera, ascendente y el segundo descendente.
Alentado por una victoria que registró más de un millón de votos y 51.1% de los votos para el PNP en 1996, Rosselló realizó una segunda consulta de estatus en 1998. Pero esta vez se aseguró de dividir las dos alternativas de ELA e independencia en tres definiciones inaceptables para los partidos de oposición. Los opositores se coaligaron, después de un largo proceso legal, tras la alternativa “ninguna de las anteriores”. La estadidad logró el 46.5% de los votos emitidos, pero “ninguna de las anteriores”, prevaleció con 50.3% de los votos. Aunque el PNP reclamó una victoria para la estadidad argumentando que “ninguna de las anteriores” no era una opción de estatus, sus argumentos no prevalecieron en Washington ni en San Juan.
En la segunda década del siglo veintiuno, alentado por otro triunfo electoral por más de un millón de votos en 2008, y motivado por movilizar al electorado PNP, disgustado con la crisis económica y las políticas de austeridad fiscal, se celebraría el cuarto plebiscito de estatus en noviembre de 2012. Este sería el tercero organizado bajo un gobierno PNP. Nuevamente el partido de gobierno organizaría la papeleta de manera que sólo la estadidad fuera la alternativa clara. Esta vez, la papeleta se dividiría en dos. La primera parte era un voto sobre el ELA Si o No. La segunda parte presentaba tres alternativas: Estadidad, Independencia, Estado Libre Asociado Soberano. Un grupo grande de miembros del PPD indicó que protestaría dejando en blanco la segunda parte de la papeleta. Los resultados expresaron un rechazo contundente del ELA, 54%. La estadidad obtuvo 44.4% de los votos, el ELA soberano 24.2%, la independencia 4% y en blanco 26.5%. Una vez más los estadistas reclamaron haber obtenido más de 61% de los votos negando la validez de los votos en blanco, que habían sido expresados como protesta. Nuevamente, sus reclamos fueron desoídos en Washington y San Juan. El PNP perdió la elección de 2012.
La única consulta de estatus en la que la estadidad ha logrado más del 50% de los votos fue en 2017. Originalmente esta sería una consulta entre la estadidad y la independencia. No obstante, una opinión del Departamento de Justicia Federal forzó la inclusión de la tercera fórmula. Por cuarta ocasión el PNP definió las demás alternativas de estatus provocando el boicot de los partidos de oposición. El resultado fue una participación de apenas 23% del electorado y el menor numero de votos emitidos a favor de la estadidad desde 1967. El PNP reclamó la victoria apabullante de la estadidad con 97% de los votos, pero nuevamente fueron ignorados en Washington y en San Juan.
Como muestra la gráfica, la estadidad nunca ha logrado más del 50% de los votos emitidos en ninguna de las consultas de estatus; y en la única que lo logró sacó el menor número de votos de las cuatro consultas organizadas por el PNP, 508,862.
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Para lograr la atención del Congreso y de la opinión pública norteamericana necesitarán no sólo obtener más del 50% de los votos, sino cruzar el umbral de un millón de votos. En estas elecciones se registran 2.3 millones de electores. Aún sacando un millón de votos no se puede decir que la mayoría de los puertorriqueños y puertorriqueñas favorecen la estadidad.