Las pasadas primarias en Puerto Rico validaron contundentemente como la inteligencia emocional es una destreza esencial que nos brinda credibilidad, efectividad y ventaja competitiva, sin importar la posición que ocupamos o el área en que trabajamos. La carencia de inteligencia emocional de las primarias han impacto significativamente un proceso, organizaciones, y hasta el derecho al voto.
¿Cómo los líderes pudieron haber practicado inteligencia emocional? Sencillísimo.
Demostrando la capacidad para aceptar cuando una persona no está apta para un trabajo – La capacidad de saber lo que no sabemos y responsablemente informarlo es esencial para el éxito individual en el presente y futuro. El reconocer que carecemos de unas habilidades para hacer un trabajo no es negativo, por el contrario, demuestra entereza y madurez profesional.
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Manejar la presión de manera saludable – Qué muchos gallos y gallinas degolladas observamos y escuchamos – sin enterarse que su conducta impacta negativamente su credibilidad y la confianza en ellos. Desafortunadamente no midieron el termómetro de sus emociones – y mediante conductas agresivas y pasivas vimos lo peor de la personalidad de muchas personas.
Entender y colaborar con otros – La defensividad, echadera de culpa, la falta de capacidad de aceptar retroalimentación constructiva y falta de trabajo en equipo para lograr una meta – unas primarias electorales de altura – se convirtieron en la orden del día.
Escuchando – Es tan sencillo ser parte de ese 80% que son malos escuchando. Este proceso requirió y requiere, entender, observar, dejar intereses propios a un lado y tomar en cuenta el bienestar común. Haber escuchado activamente en estas pasadas semanas, era lo único que se requería para evitar el caos ocurrido. Incluso, obligarnos ahora a invertir tiempo y fondos para solventar una situación a nivel procesal, de país, mediático y peor aún anímica de un País.
Tomar decisiones que integren juicio y pensamiento crítico – Es momento de dejar de ser llanitos, y activamente comprometernos a perseguir pensamientos profundos. ¿Qué pasó con tener mayor perspectiva y reconocer cómo nuestras decisiones afectan a los demás? ¿Qué pasó con escuchar detenidamente a voces disidentes para identificar elementos que fortalezcan nuestras iniciativas y resultados.
Practicar la inteligencia emocional es sencillo y posible. Sólo requiere voluntad para ponerlo en práctica, entender nuestro impacto en la vida de otros – y dejar de echarle la culpa a otros, a la lluvia, o al dinero. Siempre será más efectivo a corto y largo plazo asumir la culpa por nuestros errores, falta de capacidades y carencia de sensatez.
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De esta lección, todos podemos reconocer la importancia de ser auténticos, reconocer nuestras capacidades, ser “accountable”, y cómo nuestro ego agrandado nos lleva a tomar decisiones tan nefastas que se convierten en parte de una historia negativa de vida. Inspirar confianza, es una herramienta esencial para lograr éxito como individuo y profesional.