La División de Integridad Pública del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha iniciado una investigación sobre el manejo turbio de fondos federales en el Departamento de Educación (DE) bajo la dirección de la hoy exsecretaria Julia Beatrice Keleher, lo que provocó su salida abrupta de la agencia y la cancelación del jugoso contrato que ostentaba por $250 mil al año.
La información que poco a poco ha ido ventilándose a lo largo de la última semana tiene matiz de escándalo y apunta que, bajo la incumbencia de la extitular y orquestado por esta, el DE instauró un esquema de tráfico de influencias para favorecer con jugosos contratos de servicios a una secuela de amigos y socios colaboradores.
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Ha trascendido que la investigación incluye el controvertible contrato millonario que Keleher otorgó a la firma Joseph & Edna Josephson Institute of Ethics para establecer en las escuelas públicas el programa Tus Valores Cuentan.
El contrato, apadrinado por la directora de la Oficina de Ética Gubernamental, Zulma Rosario, fue por $17 millones. Al ser revelado en exclusiva por Metro, Keleher lo justificó mancillando la imagen y el profesionalismo de los psicólogos escolares y trabajadores sociales del país, a quienes definió como carentes de destrezas en gerencia y liderato efectivo y, por tanto, incapaces de desarrollar un programa de valores y éticas para los estudiantes del sistema.
También se rumora que la investigación incluye el contrato que el DE pactó con la empresa CSA Group, a los fines de inspeccionar las escuelas y “certificar” si estas estaban aptas para iniciar clases luego del paso del huracán María por la isla. Esa contratación, dada a conocer por una investigación periodística que también originó Metro, puso en tela de juicio el interés de la exfuncionaria de abrir las escuelas en contraposición a las directrices que se vertían desde La Fortaleza.
Pero hay más. Según lo que se ha revelado en los últimos días, el DE, con el consentimiento de Keleher, alteró formularios para otorgar contratos de consultoría con fondos federales. Se menciona la adjudicación de un contrato a la firma EDN Consulting Group y otro al bufete Brustein & Manasevit por $110,000 y $180,000, respectivamente, en calidad de servicios profesionales y consultivos al Programa de Educación Ocupacional y Técnica del DE. Al menos EDN Consulting tiene presencia en el DE desde 2013 y ha obtenido ganancias ascendentes a $10.8 millones.
También hay señalamientos sobre una intervención indebida de la exsecretaria para otorgar un contrato de $160 millones para la compra de computadoras a una compañía de informática. Esa contratación, ha trascendido, se hizo en violación de las normas que rigen los procesos de subasta en el Gobierno.
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Estas acciones de la extitular del DE se zurcen con los entuertos que ahora aparecen en el funcionamiento de la firma Keleher & Associates para, desde las gradas, intervenir en los procesos educativos del país, en particular con la privatización de escuelas públicas a través del modelo de “escuelas chárteres” o “escuelas alianza”, intromisión en la que también yace vinculado un importante bufete legal de Estados Unidos que tiene entre sus socios al hermano del gobernador.
Tanto Keleher como su empresa y el referido bufete de abogados han estado relacionados con el DE y con funcionarios electos del país desde la pasada administración del Partido Popular Democrático, en particular con vínculos en la dirección del Senado.
Por lo que se ha informado en los medios de comunicación, la investigación federal en curso ha requerido el allanamiento de la residencia de la socia de Keleher en su empresa de servicios de consultoría educativa. También se ha solicitado la intervención para examinar las cuentas bancarias de la exsecretaria, la incautación de las cámaras de seguridad de su condominio y hasta entrevistas a su empleada doméstica.
En la medida en que conocemos del avance de esta pesquisa, Keleher, que durante su incumbencia arrastró una secuela de malas relaciones al interior del DE, resultado de su estilo arrogante y déspota, habrá concluido su estancia como funcionaria embriagada de codicia y víctima de la apetencia por el lucro fácil e impío.
Lo triste es que, con lo que se presume de sus acciones, Keleher habrá mancillado la confianza del pueblo, a la vez que arrastraría al DE al descrédito. Estos escándalos por el alegado mal manejo de fondos en nuestro sistema educativo lastima, además, la imagen del servicio público y ahonda en la desconfianza que amplios sectores del país tiene sobre nuestras instituciones de gobierno.
De probarse ciertas, las actuaciones de Keleher le habrán inferido hondas heridas al país, con efectos significativos en la imagen de los inquilinos de La Fortaleza.