A Irma Rodríguez, independentista siempre.
Ayer el país conmemoró un año de la tragedia social y humana que representó el huracán María. En varias ocasiones, por medio de esta columna, he reflexionado sobre sus diversas consecuencias, desde la muerte de miles de seres humanos, la destrucción de hogares alrededor de nuestra isla, la precariedad del sistema eléctrico, la negligencia del Gobierno en el manejo de la crisis, el surgimiento de los buitres de la corrupción para buscar su pedazo del bizcocho del dinero público, hasta el desprecio institucional y burdo del Gobierno federal hacia su territorio y colonia, unido a la imposición de una Junta de Control Fiscal que demuestra, de manera inequívoca, nuestra condición colonial.
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También es importante reconocer que la solidaridad, el desprendimiento y el trabajo comunitario de miles de personas, unido al apoyo de todo un pueblo desde la diáspora, fue el motor fundamental para apaciguar la angustia material y emocional de todo un país. Además, para muchos comenzó a disiparse lentamente su “ceguera” política y social al ver la pobreza, a lo largo y ancho de Puerto Rico, como muestra inequívoca de una desigualdad social que arropa a la colonia puertorriqueña. Por ello, debemos analizar esta fecha dentro de un marco de respeto, de cuestionamientos, e incluso, de reflexión acerca de cómo tiene que ser el futuro y la reconstrucción social de nuestra nación.
Si bien recordamos esta fecha con sobriedad y conmovidos por todo lo que representó, los independentistas, convencidos de la imperiosa necesidad de transformar nuestra sociedad, de obtener los poderes necesarios que confiere la independencia para desarrollar una economía propia, insertarnos en los mercados mundiales promover una verdadera soberanía alimentaria, impulsar el derecho humano a la salud a través de un plan universal, trabajar y luchar por un proceso para eliminar la desigualdad social, también conmemoramos otra fecha fundamental en la historia de nuestra nación: el grito de Lares. Vamos a Lares este próximo domingo a conmemorar los 150 años de la gesta heroica impulsada por el Padre de la Patria, Ramón Emeterio Betances, una hazaña de un inmenso grupo que conformaba la nación puertorriqueña y que, además, luchaba contra un Gobierno esclavista y abusivo.
Siguiendo el legado de don Pedro Albizu Campos, quien rescató el honrar el acto revolucionario para reafirmar nuestra lucha por la libertad, vamos a Lares a recargar energías para continuar luchando y esforzándonos para adelantar la independencia. Vamos a Lares a reconocer a las mujeres y hombres que dedicaron su vida a luchar por la independencia, entre ellas a la queridísima compañera pipiola Irma Rodríguez, quien falleció ayer. Irma fue líder del partido, candidata a alcaldesa en San Juan, natal de su querido Orocovis, maestra de profesión y vocación, así como líder sindical. Recientemente, hablábamos en su casa sobre la importancia de fortalecer nuestro instrumento de lucha, el Partido Independentista Puertorriqueño, mientras contemplábamos las montañas orocoveñas.
Vamos a Lares conscientes de la crisis de este país y de la Junta, que manifiesta lo más burdo del colonialismo que nos golpea y nos maltrata como sociedad. También vamos con entusiasmo, firmeza, optimismo, perseverancia y constancia.