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Escribiendo con responsabilidad

Lea la opinión de Mariliana Torres

En las últimas semanas hemos sido bombardeados por alegaciones de violencia machista, agresiones sexuales, discursos con razón y otros no tanto, crueles comentarios sobre la discriminación que sufren mujeres, asesinatos de reputación y la indudable violencia que trasciende fronteras. El miedo a denunciar lo incorrecto se ha disipado y cada día más mujeres y hombres comprenden la importancia de querellarse. Necesario también que se escuchen otras voces con posturas que debatan otras preocupaciones, como por ejemplo la pérdida de libertades sociales. El hecho de que se juzgue y se señale sin contar con todas las pruebas es muy peligroso sobre todo porque se han asesinado reputaciones en las redes sociales y en medios de comunicación tradicionales. El debate generado ha sido interesante porque sensibiliza a la sociedad y reitera a los medios de comunicación la importancia de las fuentes de información en la publicación de la noticia. Los medios de comunicación han sido la pieza fundamental para la generación de la opinión pública en los casos denunciados y, por lo tanto, han cumplido con uno de sus valores, pero si el tratamiento del escrito no es el adecuado, se puede contribuir a la dominación sexista, agresiones y asesinatos. El fin debería ser que con la información publicada usted pudiera emitir una opinión ética y que se educara sobre la importancia de la igualdad. La información que se ha estado publicando y generando en los medios de comunicación necesita los llamamientos a la conciencia crítica colectiva y a la referencia justa de que también los hombres han sufrido iguales atrocidades.

Varias herramientas periodísticas son indispensables en la cubierta de los casos que involucran discriminación y violencia. Ante todo, se deben valorar los hechos recopilados y entender que tanto la discriminación como la violencia contra la mujer y el hombre es una acción repudiable que atenta contra los derechos humanos. Cada persona involucrada en la noticia tiene dignidad, por lo cual, piense antes de publicar. Cada palabra que se escribe sobre determinado hecho violento y discriminatorio adquiere una dimensión mayor de responsabilidad social. Observe, ante todo, por la integridad de las víctimas y revise el tratamiento que le ha dado al texto periodístico, pues palabras mal utilizadas podrían propiciar inferioridad y hasta más violencia. Constatar datos es indispensable para poder otorgale al texto credibilidad y evitar malos entendidos. Un error imperdonable observado es que no se investiga si lo declarado es correcto. Revisar los antecedentes de los hechos denunciados abre posibilidades de crecimiento de la noticia y revela verdades. Se recurre constantemente a lo que dice el vecino o lo que escuchó la amiga del vecino y se repite información sin valor. Un periodista no se puede conformar con un solo dato. La adjudicación incorrecta promueve la falsedad de la noticia y el sensacionalismo (muy de moda en estos momentos en las redes sociales y en los círculos políticos). No hay un error más repudiable que recurrir al morbo para causar interés social. Detalles de la violencia incurrida y las consecuencias del acto es comercializar con el dolor ajeno. Mucho menos debemos normalizar los casos. Cuántas veces ha escuchado: “En otro caso de…”. Ello coloca la información en un grado de inferioridad y minimiza el acto a una situación normal. Cuidado con los estereotipos referentes a la nacionalidad o a las creencias. En la información difundida sobre el lamentable asesinato de la puertorriqueña residente en Orlando se ha hecho referencia constante a que las personas implicadas son puertorriqueños, lo que genera estereotipos. La noticia ha generado repudio hacia los mismos puertorriqueños residentes en Orlando. En este caso es importante investigar los antecedentes de los sospechosos y los rasgos de actuación. Recuerden que cada acto de violencia golpea a segundos y terceros, por lo cua, la familia de los involucrados se encuentra en una frágil situación.

La realidad de los malos tratos y la violencia machista es muy compleja y suele ser conocida y sufrida por personas del entorno social de las víctimas, que muchas veces pasan de ser testigos a ser receptores de las agresiones. Las opiniones continuarán, pero entreguemos a la audiencia información valiosa para analizar y evitar la falta de integridad.

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