¿Qué debo contestarle a un estudiante de excelencia en comunicaciones que está en la encrucijada de aceptar o no la admisión a la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico?
En un par de semanas se gradúa y teme que por la huelga se retrasen sus estudios. Cuando yo estudiaba en el Recinto de Río Piedras mi grado de maestría, pasamos por un paro menor. En aquella ocasión, recuerdo los nervios, pero también la justa causa. Afortunadamente, todo quedó en paz y no duró mucho. Sin embargo, esta vez no veo la luz al final del túnel. No soporto ser pesimista y el que me conoce sabe que todo trato de resolverlo positivamente. Pero ahora son pocas las cartas. Al estudiante le indiqué, porque tiene otras opciones, que no se retrasara y que siempre podrá hacer un traslado.
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Su sueño es ser egresado de la UPR. Me parece que es la mejor opción para este magnífico estudiante que estudió periodismo, pero que ha decidido no ejercer ante las pocas opciones y quiere prepararse en otro campo profesional. Eso es lo más brillante en tiempos cuando la mayoría de los comunicadores que se gradúan están sin empleo. Creo firmemente en reinventarse y las universidades especializadas en periodismo lo están haciendo. Es una transformación inteligente para que tengamos periodistas especializados, consultores de medios, relacionistas profesionales, productores de televisión y cine, así como expertos en la digitalización de gran calibre. Hacia ello nos movemos y con gran aceptación ha sido recibido el esfuerzo.
Las herramientas de comunicación que tenemos los periodistas son diversas y nuestra capacidad para la reinvención es tal que, así como muchos de nosotros hemos perdido el empleo, hemos conocido nuestras fortalezas. Luego de 25 años en los medios de comunicación, 18 de ellos como imagen de un canal de televisión es difícil la transición porque uno se acostumbra a recibir un sueldo, pero ahora, luego de tres años y un poco más, uno se da cuenta del porqué y está convencido de que la transición se ha logrado exitosamente. Jamás imaginé que junto a otros cinco compañeros fuéramos dueños de una compañía relacionada con las comunicaciones y además continúo aportando a las escuelas de comunicación del país.
No ha sido fácil echar hacia adelante una empresa. Ahora soy del grupo de comerciantes que entienden las piedras en el camino que coloca el Gobierno y entorpece nuestro empuje. Procesos burocráticos, permisos risibles, papeleo que no tiene función alguna y pagos sumamente altos. A la verdad que hemos sido sobrevivientes. Precisamente de eso se trata: el que quiere puede y no importa la adversidad se trata y se lucha. Como es natural, al principio es más lo que se pierde en términos financieros, pero confiamos en nuestra capacidad para comunicar lo correcto.
Sostengo que la reinvención es la ruta correcta ante la incertidumbre que nos arropa y la falta de talleres laborales. No puedo ofrecer un porciento, pero me atrevo a asegurar que la mayoría de los egresados busca otras opciones de estudios posgraduados e incluso exploran la idea de cambiar de profesión en el futuro. Una egresada de periodismo combinó con biología y será admitida en una escuela de medicina. Eso sí que es un cambio. Otros optan por mercadeo y leyes. Pero, saben algo, todas estas profesiones tienen en común el arte de comunicar eficazmente. De la profesión de periodismo no se retiraron, más bien se transformaron. En todas las universidades defendemos y promovemos la calidad en la educación independiente lo que usted elija.
La situación económica en Puerto Rico ha golpeado a todos los sectores y el de la educación es uno de los que más ha recibido el impacto. La educación es parte indispensable de la formación y sostenibilidad de los pueblos. Un pueblo educado y culto jamás sucumbe. Siempre tendrá las posibilidades de sobresalir ante la adversidad y transformarse.
Mi propuesta es reenfocar las prioridades de los ofrecimientos a unos que vayan acordes a los cambios que surgen día a día en la profesión y que estos estén apoyados en la reflexión crítica de los asuntos importantes que atañen a nuestra sociedad. Nos vemos en la graduación.