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La hipocresía obrera

Lea la columna de opinión de Alex Delgado.

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Hoy lunes se tiran a la calle empleados públicos para manifestarse luego que el proyecto 938 se convirtiera en ley, así como por lo recortes  que enfrentará el gobierno de Puerto Rico ante la crisis fiscal. Irónicamente, hoy vence la extensión del “stay” que brindó la ley congresional PROMESA, así que los tiburones de Wall Street ya están listos para intentar devorarnos en los tribunales y cobrar lo que les debemos. Todo tiende a indicar que esto terminará activando el Título III de PROMESA para que sea un juez el que “reparta el bacalao”, lo que puede ser bueno para nosotros, como también puede resultar adverso. Creo que a muchos de los que se manifestarán hoy les importa muy poco lo que pueda ocurrir, lo que realmente enfrenta Puerto Rico como país. Creen que las cosas se resuelven de una forma simple: no se paga la deuda y viviremos felices por el resto de nuestras vidas.

Como ha indicado el economista Gustavo Vélez, podemos pagar $0.00 a la deuda y el déficit sigue siendo de casi 4 BILLONES. ¿Recortamos en Salud? ¡No!, ¿UPR? ¡No!, ¿educación? ¡No!, ¿agencia X? ¡No! ¿la agencia Y? ¡No!. Bien, no recortemos nada. Pues vamos a recaudar. ¿Aumentamos el CRIM? ¡No!, ¿vendemos más carreteras? ¡No!, ¿privatizamos agencias onerosas para el estado? ¡No!, ¿aumentamos la luz y/o el agua? ¡No!. Ok, pues vamos a hacer cosas que abaraten costos al pueblo, creen empleos y aporten a la economía. ¿Construímos el gasoducto del sur? ¡No!, ¿el del norte? ¡No!, ¿una planta waste to energy en Arecibo?, ¡No!, ¿molinos de viento en Santa Isabel? ¡No!,¿modernizamos con tecnología en Acueductos para hacerla más eficiente y economizar?, ¡No!. ¿Que coño quieren entonces? Queremos un país vanguardista pero sin hacer cambios, que el gobirno cambie, pero nos oponemos a los cambios, que el desarrollo económico progrese, pero se oponen a proyectos que ayudarían. Por favor, alguna lumbrera de los que se oponen a todo que me explique como se logran cambios oponiendose, precisamente a los cambios y logrando que las cosas se mantengan igual. ¿Como vamos a allegar fondos al estado para no afectar la nómina, ni las compensaciones, si se han opuesto a todo? Hoy el dinero no dá y ahí tienen las consecuencias de lo que es oponerse a todo, mezclado con la pésima administración que hemos tenido.

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El proyecto 938, entre otras cosas, altera y equipara beneficios marginales a los empleados públicos. En el gobierno de Puerto Rico hay una desproporción respecto a las compensaciones y a mi juicio, es parte del desmadre. Hay diferencias abismales entre agencias, entre corporaciones públicas, en fin entre todos y cada uno de los organismos gubernamentales. Cuando Alejandro García Padilla era gobernador, la UTIER le montó una huelga en defensa de sus “derechos”. Entrevistaba en ese entonces a Juan Rosario, que era miembro de la Junta de Directores de la AEE y le pregunté  cuánto pagaba un empleado de la corporación por plan médico. Me dijo que $600.00 mensual, pero luego trascendió que los empleados pagaban $0 mensual, hasta por un plan familiar. Todo lo pagaba los abonados, pero eso no es todo. Eche un vistazo a los deducibles: $5.00 en médicos especialistas, $0.00 en hospitalización, $0.00 en emergencia. Yo pago más de $250.00 mensual. ¿Sabe cuánto pago de deducible en “especialista”? $20.00 por visita. ¿Por emergencia? $55.00. ¿Por hospitalización? $155.00. Como yo, hay miles y miles. La peor parte la lleva el trabajador al que el dinero no le alcanza para pagar un plan privado y por sus ingresos tampoco puede entrar a la reforma de salud pública.

Hace unos días le pregunté a dos líderes sindicales si aceptarían que la aportación al plan médico de los empleados públicos se dirigiera al reforma de salud, así la misma recibiría una inyección económica y ellos no se quedarían sin plan. ¡No! fue la respuesta. No es aceptable estar mezclados con los mortales, los plebeyos de la reforma, así que usted y yo, independientemente de que podamos pagar nuestros planes, tenemos que pagarles el de ellos. ¿Que me dicen de los bonitos navideños en las corporaciones públicas?

Luego de leer esos ejemplos, ¿es justo para ese otro empleado público no tener el msimo trato, solo porque es de otra agencia, aún ocupando una plaza similar? ¿No es justo equipararlos? ¿Cómo debe sentirse un policía y un maestro cuando ven esas diferencias? Obviamente no hay recursos para equiparar llevando a todos los empleados públicos al nivel de un unionado de la AEE o cualquier otra corporación, pues entonces el equiparar debe ser realizando ajustes y recortes como lo hace cualquier hijo de vecino. ¿Que me dice usted, que hace malabares para pagar la luz y pagar ese plan médico de la AEE, pero que no puede tener uno para usted con su compensación?

Desde el 2008 he recibido, como ha ocurrido en miles de empresas privadas, recortes en los beneficios y/o compensaciones que tenía. No han sido caprichosos y me consta. Tengo que esforzarme, cada vez más, para trabajar. No lo digo como queja, porque, al contrario, el esfuerzo rinde frutos. No desperdicio el tiempo lamentando, prefiero invertirlo buscando alternativas. Solo me expongo como ejemplo de miles de trabajadores que se tiran a la calle a buscar su pan y que no somos empleados públicos. Así habemos cientos de miles de trabajadores en el sector privado. Ese sector ha tenido que hacer ajustes porque si operan como el gobierno y no los hace, quiebran. ¿Cuantas veces los empleados públicos se han tirado a la calle por los de la empresa privada cuando los afectan? ¿Cuando se han tirado a la calle para que les hagan la vida más sencilla a los emprendedores que quieren hacer negocios y crear empleos? ¡Nunca! Al contrario, como les dije, se tiraron a la calle para que nos clavaran con el IVU más alto, que nos jo… a nosotros para no afectarlos a ellos. Hace unos meses aprobaron una reforma laboral. ¿Los tocaron a ellos? No. ¿Se tiraron a la calle por los del sector privado? No. Hoy, por la reforma que les toca a ellos, nos piden que nos tiremos a la calle a respaldarlos. Hay que ser caripelao’. Tengo respeto por los empleados públicos, conozco a muchos y doy fe de su compromiso, pero no podemos ocultar lo que expongo. A mi juicio, esto constituye una hpocresía obrera.

Repiten que la manifestación es por “pueblo trabajador”. ¡Falso! se tiran a la calle por ellos, no es por los cerca de 700 mil empleados del sector privado que se doblan el lomo y que cumple con el gobierno y los empleados públicos.

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La frase del “pueblo trabajador” la quieren secuestrar como si fuera exclusiva de los sindicatos o de los empleados del gobierno. Cuando usted escucha a un líder sindical decir que defiende al pueblo trabajador es falso, defiende la cuota de su sindicato, dinero que le quitan al trabajados de forma obligada, sin darle opción a recharzarlo. ¿Cree usted que los líderes sindicales hablan por usted que trabaja en un “fast food” ganando el mínimo federal? ¿Cuando los ha visto usted encadenándose en una tienda por departamentos por los derechos de esos empleados que allí trabajan? No porque esos empledos no les rinden a ellos económicamente, y en ese sentido el sindicalismo también es un negocio. Si no me cree, pregúntele a al “patriota” de Dennis Rivera.

Cuando único los sindicatos piensan en el pueblo es cuando buscan como morderles el bolsillo en sus convenios. ¿O me van a decir que la manifestación para que le espetaran el IVU más alto al pueblo era pensando en el bienestar de la ciudadanía? Para la huelga del 2013 decía la UTIER que había $700 millones de sobrante en la AEE, por lo que no había razón para no darles lo que pedían. ¿Escucharon al sindicato proponer que los sobrantes se les pasara en alivios a los abonados que estaban asfixiados con la factura? Todo es para ellos y el pueblo que se fastidie.

El pueblo de Puerto Rico es el patrono de los empleados públicos y ese mismo pueblo está haciendo ajustes tras ajustes. No podemos seguir cargando a los cerca de 700 mil empelados de la empresa privada para salvar los 250 mil del sector públicos, cuando ellos, más allá de solidarizarse verbalmente, no hacen más ná por los del sector privado.

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