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Columna de Alex Delgado: El Apagón: No a la privatización AEE

Tras el apagón general de la semana pasada, se abrió nuevamente el debate de si se debe privatizar la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Probablemente, el título de la columna le choca al provenir de mi persona, que he comparado constantemente la operación de la empresa privada versus la del Gobierno. Ambas tienen sus fallas, pero el Gobierno se lleva a la empresa privada por la clásica milla cuando se trata de un pobre desempeño en el servicio que le brinda a la ciudadanía.

Ahora bien, cuando expreso mi oposición a la privatización de la AEE, me refiero al modelo de entregar dicho monopolio a una empresa privada y que el país dependa de dicha empresa como única proveedora de un servicio tan necesario. Tuvimos dos experiencias negativas con una corporación pública en dos administraciones distintas.

Bajo la administración de Pedro Rosselló, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados fue entregada a la empresa francesa Compañía de Aguas. El Partido Popular Democrático (PPD) hizo fiesta de cara a las elecciones del 2000 por el mal negocio hecho por la administración del Partido Nuevo Progresista (PNP). Luego, bajo Sila María Calderón, prometieron que lo harían por el libro, como Dios manda. Se le entregó la AAA a la empresa, también francesa, Ondeo. La cosa fue peor. Por eso no creo en la privatización total de un servicio básico como el agua y la luz.

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No obstante, sí creo en un modelo de libre competencia entre diversas empresas privadas, en beneficio del ciudadano. ¿Que la AEE entre a ofrecerme servicio? ¡Bienvenida! Pero que seamos usted  y yo los que escojamos a quién le compramos energía. Así sucedió con la telefonía en la isla. Antes, usted le tenía el servicio de comunicación telefónica de la Puerto Rico Telephone Company. Bueno o malísimo,  no tenía opción. Era ellos o ellos. Recuerdo los cargos constantes que llegaban en la factura de mi casa por llamadas desconocidas a Pueblo Viejo, que ni sabíamos dónde rayos era. Se reclamaba y a esperar que algún día resolvieran. No habían resuelto el asunto de una factura cuando llegaban cinco con el mismo problema, pero, como era un monopolio del Gobierno, pues usted no tenía opción. Era atenerse a la forma de ellos operar o, sencillamente, no tener servicio.

En la isla tenemos cerca de seis empresas privadas que le venden energía a la AEE: Ecoeléctrica en Guayanilla (gas natural), AES en Guayama (carbón y energía solar), Pattern Energy en Santa Isabel (eólica), Gestamp Wind en Naguabo (eólica), Horizon en Salinas (solar), Oriana Energy en Isabela (solar). ¿Por qué no puedo establecer un contrato con la compañía privada que mejor oferta me brinde? Por ejemplo, AES produce energía a 7 centavos; Ecoeléctrica a 10 centavos; renovable a 14 centavos, y AEE a 15 centavos (todo aproximado).  Supongamos que decido contratar a una compañía de energía renovable. Mi consumo promedio son 900 kWh al mes. Catorce centavos por 900 kWh son $126 mensuales. A eso, la AEE, que es quien tiene el sistema de distribución para llevar esa energía a mi casa, me cobra un 15 % por su servicio de llevar la energía a mi casa y un service charge. Mi factura sería de $144.90, de los cuales $126 van a la empresa que elegí y $18.90 para la AEE. La última factura que llegó a mi casa por 900 kWh fue de $189.00.  Hablamos de casi $50 de diferencia.

Si ocurre en Estados Unidos y otras jurisdicciones, ¿por qué no puede ocurrir aquí? ¡Ah! Porque aquí están todos los que dependen de chantajear gobiernos con amenazas electorales para lograr sus causas personales, los que desean que haya un solo comprador de materia para producir energía y así tener más control de lo que se compra, por ejemplo, petróleo, los que usan a la AEE para cazar votos a cambio de empleos y contratos, y, sobre todo, los políticos que montan organizaciones de recaudación de fondos en la dependencia y que les sirven de ATH para las campañas, entre otros. Todos esos sectores se oponen a que se libere el mercado como se hizo con la telefonía. Aunque se beneficie el pueblo, ellos pierden mucho, y, lamentablemente, la ciudadanía es la que menos importa para ellos.

¿Cree usted que tuviéramos las tarifas de telefonía que tenemos hoy? Seguramente, todavía una llamada de Jayuya a Utuado contaría como “larga distancia” si existiera el monopolio de la PRTC en manos del Gobierno.

Si la AEE quiere entrar a la libre competencia del servicio de telecomunicaciones con PREPANet, pues que de igual forma permita la libre competencia en el servicio de energía directa entre empresas privadas.

Que se quiten 20 dolores de cabeza con la producción de energía, que es por donde se pierden millones de dólares, redirijan dinero y esfuerzos en tener un buen sistema de distribución y creen un nuevo modelo de negocio en esa corporación pública. La empresa privada que resista los cambios y nuevos modelos de negocios está destinada a desaparecer. Si la AEE entiende que resistiendo lo que traen los nuevos tiempos y retos va a lograr éxito, pues estará destinada al fracaso.

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