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Columna de Alex Delgado: ¿Apoyo al de aquí?

He escuchado a muchas personas quejarse de cómo la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPE) les hace la vida imposible a empresarios o comerciantes que tratan de echar adelante sus negocios y que, a su vez, impulsan el desarrollo económico de la isla.

Lo que voy a narrarles es un caso real y bien documentado que está en los tribunales del país, y el único propósito de esta columna es sacar nuevamente a la superficie cómo operan las cosas en el Gobierno, más allá del simple hecho de decir en forma generalizada que tal o cual agencia no sirve.

Resulta que esta empresa privada solicitó ubicar una pantalla digital de publicidad en un puente peatonal de San Juan. Dicho puente no queda en una zona  residencial, por lo que su iluminación no afecta a residentes. Incluso, es un área bastante oscura en las noches y madrugadas y en la que caminan personas, por lo que, al menos, brindaría algo de iluminación en un lugar idóneo para cometer fechorías. El puente pertenece a la Compañía de Parques Nacionales, adscrita al Departamento de Recreación y Deportes. No obstante, la solicitud de permiso se radicó en la oficina de permisos del Municipio de San Juan el 26 de marzo de 2014, entendiendo que era una vía municipal.

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El 9 de abril siguiente, luego de cogerle los chavos de radicación a la empresa, el Municipio envió el caso a OGPE porque no tenía jurisdicción. Demás está decir que el Municipio se embolsilló los chavos sin devolverlos a la empresa por falta de jurisdicción y tampoco los pasó a OGPE. Un punto importante es que esta agencia tiene hasta 60 días para aprobar o denegar el permiso, y, si al día 60 no ha resuelto, tiene que emitirlo. Esa es la naturaleza de la ley que creó la agencia: obligarla a tener celeridad con los permisos y evitar lo que hacía la antigua ARPE, que usted radicaba un caso y se le sentaban encima hasta que usted se cansara. Ese tiempo ponía a OGPE a tomar la decisión, en este caso, en o antes del 9 de junio de 2014.

El 30 de abril de ese año, OGPE comenzó con la solicitud de información hasta de cosas que no aplicaban. Ese mismo día la empresa sometió documentación de lo que sí aplicaba. Pasó el 9 de junio, cuando se suponía OGPE emitiera el permiso o lo rechazara. Por default tenían que emitirlo al pasar la fecha límite. No lo emitieron, y en diciembre la dependencia gubernamental archivó el caso argumentando que no se habían entregado unos documentos y unos pagos, pero, en un proceso de reconsideración, la misma agencia determinó posteriormente que esas solicitudes no aplicaban. Una vez subsanado ese punto, OGPE entonces pide otras cosas que no había indicado anteriormente. Mire usted cómo el Gobierno le pone una excusa, y, cuando no puede con esa, se inventa otra, haciéndole la vida imposible al que trata de levantar su negocio. ¡Y dicen que se la facilitan! Dígame usted si este ejemplo que le estoy exponiendo es facilitarle la vida al ciudadano.

En resumidas cuentas, el caso terminó en los tribunales, y el pasado 31 de diciembre el juez Ángel Pagán Ocasio emitió una sentencia: “[…] declaramos con lugar la solicitud de mandamus presentada. Por consiguiente, le ordenamos a la OGPE que sin mayor dilación expida el permiso solicitado por la parte demandante. Tiene 15 días para cumplir con lo ordenado”. Hoy es 11 de abril de 2016, y OGPE, en un proceso de apelación, se niega a seguir la orden del tribunal.

Dígame usted cómo pueden las empresas crecer, desarrollar económicamente a Puerto Rico con funcionarios, como Alberto Lastra en la OGPE, haciéndoles la vida cuadritos a los que quieren echar adelante al país, solo por consideraciones políticas.

Como les mencioné en una columna anterior, en esta administración no hay voluntad para cambiar las cosas y todavía combaten una junta de control fiscal federal argumentando que sí  hay voluntad. Les expuse la semana pasada un ejemplo de que no hay la voluntad con el caso de los sellos digitales y esta semana les expongo otro ejemplo. Son hechos y tenemos la responsabilidad de sacar a la luz pública cómo hoy el Gobierno resiste dejar la práctica de aplastar personas que desean quedarse en la isla. Sin embargo, es importante señalar que hay personas comprometidas con luchar contra ese monstruo llamado Gobierno y que resisten arrodillarse ante él. Son esos los que verdaderamente logran cambios.

Indicaba el gobernador García Padilla el día que anunció que no aspiraría a la reelección: “Otros más cercanos a mí dificultan las soluciones y, luego, se quejan de las consecuencias […]”. Se refería a los “disidentes” en la Legislatura. No obstante, creo que eso es algo que no aplica exclusivamente a esos legisladores, sino que también aplica a sus funcionarios que dificultan soluciones al pueblo.

Añadió que no iba a: “[…] buscar la aspiración que arde en mi corazón”. La aspiración del pueblo no es que agencias como OGPE dificulten el desarrollo económico, y, si el primer mandatario no pudo pudo buscar la aspiración que arde en su corazón, en gran medida se debe al pobre desempeño de algunos de sus funcionarios en resolver los problemas, dificultando las
soluciones.

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