Cuatro semanas después de irrumpir en la escena política de Francia, el movimiento de los "chalecos amarillos" parece estar viendo los frutos de sus protestas.
Este lunes, el presidente Emmanuel Macron anunció una serie de medidas que buscan apaciguar las violentas protestas que han levantado en contra del aumento del precio del diésel y del costo de vida en Francia.
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Desde mediados de noviembre, las manifestaciones han dejado dos muertos, cientos de heridos y miles de personas arrestadas.
Y el presidente Macron había mantenido un perfil bajo respecto a las protestas hasta este lunes, cuando se dirigió a la nación para abordar una de las peores crisis de su gobierno.
En su alocución, el mandatario reconoció que muchas personas no están felices con las condiciones en las que viven y que además "no han sido escuchadas".
"Personas cuyo estatus en la sociedad no ha sido suficientemente reconocido", añadió el mandatario. "De manera cobarde, nos hemos acostumbrado a eso y todo parece sugerir que las hemos olvidado".
"Asumo mi parte en esta situación. Quizás les he transmitido la sensación de que tengo otras preocupaciones y prioridades".
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"Sé que algunos de ustedes han sido heridos por mis palabras".
Aunque condenó la violencia, el presidente dijo que la rabia de los manifestantes era "profunda y en muchas maneras legítima".
Medidas
En respuesta a las protestas, Macron prometió un aumento del salario mínimo de 100 euros a partir de 2019.
También anunció concesiones en la carga tributaria.
Además, canceló los planes para aumentar los impuestos de los pensionados de bajos ingresos; el pago de horas extras ya no será gravado; y a los empleadores se les alentará a que paguen un bono de fin de año libre de impuestos a sus empleados.
Estas medidas se suman a otras que ya se habían anunciado, como otorgar auxilios a las personas que conducen para ir al trabajo y suspender el aumento al precio del combustible.
El presidente también se comprometió a reunirse con alcaldes de todas las regiones de Francia y fomentar un "debate sin precedentes".
"Debemos abordar la cuestión de la inmigración", agregó, al tiempo que instó a la nación a unirse para "cambiar a fin de tener en cuenta el cambio climático y otros desafíos".
Macron, sin embargo, se negó a reinstaurar un impuesto a la riqueza.
"Esto nos debilitaría a todos, necesitamos crear trabajos".
Sin opción
Para Hugh Schofield, corresponsal de la BBC en París, Macron anunció estas medidas porque "no tenía otra opción".
Las concesiones logradas, según Schofield, convierten a los chalecos amarillos en uno de los movimientos de protesta más exitosos de los tiempos modernos.
"Han forzado una reorientación total de las políticas económicas y sociales de Francia", dice Schofield.
"Y sin siquiera haber hecho una lista formal de demandas".
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