"No queremos quedarnos en México, queremos avanzar".
Gritos como este se escucharon este domingo en la frontera de Guatemala con México, desde donde una segunda caravana de migrantes centroamericanos intenta avanzar por tierra hacia Estados Unidos.
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Medios locales informan que varias personas resultaron heridas durante un enfrentamiento entre la Policía Nacional Civil de Guatemala y más de 2.000 migrantes que rompieron a la fuerza la valla metálica a través de la que se accede a territorio mexicano.
Se vivieron momentos de tensión cuando los efectivos de la policía guatemalteca atacaron con gases lacrimógenos, mientras los migrantes respondieron con palos y piedras.
Los migrantes -entre los que se encuentran hondureños, salvadoreños y guatemaltecos- habían llegado al punto fronterizo de Tecún Umán (Guatemala), donde debían esperar a que las autoridades les entregaran un permiso temporal para transitar legalmente por México.
Miedo a ser deportados
"La única manera de ingresar al país es de manera tranquila y segura", decían las autoridades por los altoparlantes, desde el lado mexicano.
Pero los migrantes se quejaron de que la entrega de documentos no avanzaba con suficiente rapidez y que algunos llevaban días durmiendo a la intemperie.
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"Si nos quedamos aquí, nos vamos a morir de hambre y frío. No queremos asilo en México, solo queremos cruzar", gritaba uno de los migrantes, quienes tomaron acciones drásticas también por temor a ser llevados a centros de detención en México -lo cual retrasaría su travesía- o ser deportados a sus países.
El diario guatemalteco Prensa Libre relata que, mientras una parte del grupo peleaba con la policía, otros buscaban formas alternas para llegar al puente internacional Rodolfo Robles, el último paso antes de entrar en territorio mexicano.
En medio del caos, los migrantes recalcaban sus razones. Algunos hablaban de la falta de oportunidades y la violencia en sus países de origen y otros aseguraron que no se detendrán en su objetivo de alcanzar el "sueño americano".
No es la primera
Una primera caravana de migrantes -que se calcula está compuesta por alrededor de 7.000 personas- salió el pasado 13 de octubre de la localidad de Juan Pedro Sula, una de las más violentas de Honduras, con rumbo a Estados Unidos.
Sus protagonistas, mayoritariamente hondureños, también dicen huir de la pobreza y la violencia.
Pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado clara su posición respecto a los miles de migrantes que intentan llegar a suelo de Estados Unidos.
El mandatario estadounidense ha amenazado con enviar al ejército a la frontera con México para cortarles el paso y también amenazó con reducir "sustancialmente" la ayuda económica a Honduras, Guatemala y el Salvador por no haber sido efectivos en su detención.
Esta semana el presidente de México, Enrique Peña Nieto, dio el primer paso concreto para lidiar con la situación.
Dio a conocer el plan "Estás en tu casa", una alternativa para que aquellos migrantes que deseen quedarse en territorio de ese país puedan hacerlo de manera legal, siempre que lo hagan en los estados sureños de Chiapas y Oaxaca.
Se espera que en los próximos días el paso fronterizo de Tecún Umán sea escenario de más tensión, pues medios locales reportan que otros grupos de personas ya se movilizan en Centroamérica y planean hacer la misma trayectoria hacia el norte.
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