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Canonización de monseñor Oscar Romero: el monumento en Londres que lo recuerda como el único latinoamericano entre los mártires de Westminster

La labor del pastor salvadoreño no había sido oficialmente reconocida por la máxima institución de la Iglesia católica, pero ya ocupaba un lugar destacado en un monumento centenario, lugar de culto para los anglicanos y a miles de kilómetros de la tierra que lo vio nacer (y morir asesinado).

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Una estatua recuerda a monseñor Romero en un lugar muy lejano al que lo vio nacer y morir asesinado: la abadía de Westminster, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Londres.

Tallada en piedra caliza, con su nombre en la parte inferior, la figura del padre latinoamericano preside desde 1998 la puerta oeste de la abadía gótica junto a otros nueve mártires del siglo XX.

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Esta es la entrada principal a la capilla cuando se celebran misas o ceremonias importantes como coronaciones, bodas o entierros de la realeza y la aristocracia británica.

Pero cuando uno acude allí como turista, ésa es la puerta de salida, así que monseñor y el resto de los mártires quedan a espaldas al visitante, pasando desapercibidos.

Quizás por eso Daniel García, rosarino de visita en Londres, no se había dado cuenta de las estatuas que tenía sobre la cabeza cuando decidía a qué lugar dirigirse una vez terminada la visita a Westminster.

Pero en cuanto le pedimos si puede identificar un nombre de origen español, no duda.

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"¡Romero!", responde satisfecho por haber identificado el nombre del único latinoamericano sobre el pórtico.

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¿Y sabe quién es?", le preguntamos.

"No con claridad, pero es Óscar Romero. Creo que fue un cura asesinado hace mucho tiempo. ¿Era colombiano?", pregunta intentando hacer memoria.

El mártir

No. Óscar Arnulfo Romero y Galdámez nació en Ciudad Barrios, un municipio de San Salvador el 15 de agosto de 1917.

Ocupó la arquidiócesis de la capital de El Salvador apenas tres años, pero le valieron para ganarse el cariño de los fieles salvadoreños, especialmente de los de origen más humilde.

Su nombramiento como arzobispo despertó recelos entre los sectores progresistas del país porque desde los inicios de su labor pastoral, en 1944, se había estado ligado a la oligarquía y a las corrientes más conservadoras.

Pero pocos meses después de su designación, ya criticaba con dureza al gobierno militar, denunciaba las violaciones de derechos humanos perpetradas por el Estado y los grupos paramilitares y censuraba los grupos armados que integrarían la guerrilla del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).

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Las críticas las pagó con su muerte cuando el 24 de marzo de 1980 la ultraderecha lo asesinó de un disparo en el pecho mientras oficiaba una misa para enfermos terminales de cáncer en un hospital. Se desplomó sobre el altar en presencia de los fieles.

El asesinato conmocionó a los salvadoreños, que acudieron en masa a su funeral en la capital del país, colapsada por la afluencia de gente. Para ese entonces monseñor Romero ya era una de las voces más respetadas de la Iglesia Católica latinoamericana.

Importante también para la Iglesia anglicana

Su papel como defensor de los pobres, los derechos humanos y sus críticas al gobierno militar salvadoreño le valieron el reconocimiento del Papa Francisco.

En 2015 lo nombró mártir de la Iglesia católica por haber sido asesinado "por odio de la fe" y lo declaró beato, paso previo a la canonización que finalmente tendrá lugar este domingo 14 de octubre de 2018 en una ceremonia en el Vaticano.

Pero antes de la distinción oficial del máximo pontífice de la Iglesia católica, su figura ya fue reconocida por la Iglesia Anglicana, que lo situó junto a mártires de la talla de Martin Luther King Junior, defensor de los derechos civiles; el clérigo Dietrich Bonhoeffer, asesinado por los nazis en 1945; y Wang Zhiming, un pastor muerto durante la Revolución Cultural China.

"Romero fue elegido, junto con los otros mártires que provienen de distintas corrientes cristianas, porque lo mataron por su fe y fue una figura relevante en Latinoamérica", cuenta a BBC Mundo David Mott, sacristán de la abadía de Westminster.

Y el difunto sacerdote es, pese a ser católico, venerado también por la Iglesia de Inglaterra.

"La Iglesia Anglicana, al igual que la Iglesia Romana, tiene el día de su muerte marcado en el calendario y su labor en favor de la fe es igualmente reconocida. Su canonización es una buena noticia para la Iglesia de Inglaterra también".

La abadía de Westminster celebrará en noviembre con un acto conmemorativo la santificación de Romero, de quien algunos dicen es el salvadoreño más universal.


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