Tres días después del terremoto y tsunami que golpearon la ciudad indonesia de Palu el viernes, comienza a surgir una imagen más clara del daño a gran escala provocado por el desastre en la ciudad y sus alrededores.
Hay 844 muertos confirmados, pero se espera que esta cifra aumente drásticamente a medida que se va ganando acceso a zonas más remotas.
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Las autoridades anunciaron que comenzarán a enterrar a las víctimas en fosas comunes, para evitar el contagio de enfermedades.
Se cree que aún hay decenas de personas con vida atrapadas entre los escombros.
En Palu, rescatistas esperan la llegada de maquinaria pesada para buscar entre las ruinas de un hotel y un centro comercial al que aún no han podido ingresar por las réplicas.
"La comunicación es limitada, la maquinaria pesada es limitada… no es suficiente para el número de edificios que colapsaron", señaló Sutopo Purwo Nugroho, portavoz de la Agencia Nacional de Mitigación de Desastres.
Si bien se emitió un alerta de tsunami después del terremoto de 7,5 de magnitud, no está claro si seguía vigente cuando las olas tocaron la costa.
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Videos muestran gente corriendo y gritando cuando olas de 6 metros de alto llegan a la playa (donde se estaba preparando un festival), destrozando todo a su paso.
Mientras tanto, el ministro de Justicia de Indonesia informó que 1.200 presos escaparon de tres centros de detención diferentes en la región de Célebes, después del terremoto y tsunami.
Vivos y muertos lado a lado
Rebecca Henschke, enviada de la BBC a Palu, cuenta que los cadáveres pueden verse a pocos metros de los personas que están siendo tratadas por sus heridas.
A pocos metros de una niña de cinco años con la pierna rota, atendida a la intemperie por médicos de la clínica Mamboro, dice Henschke, hay hileras de cuerpos en bolsas plásticas.
"(Los cuerpos) están empezando a oler. Queremos espera a que los vengan a buscar sus familiares, pero no podemos esperar más", dice el doctor Sasono, médico de la clínca Mamboro de Palu.
¿Cuán difíciles son las tareas de rescate?
Carreteras bloqueadas, un aeropuerto dañado y la ruptura de los sistemas de comunicación han complicado la tarea de llevar ayuda a las zonas afectadas, y de establecer contacto con los regiones más remotas.
"No sabemos con certeza cuál fue el impacto", explica Nugroho.
Medios locales informan que bajo los escombros del centro comercial de Palu se han detectado señales de celulares y que desde dentro de las ruinas del Hotel Roa Roa se han escuchado gritos.
Un voluntario le dijo a la agencia de noticias AFP que tres personas fueron rescatadas del hotel, pero que pueden haber más de 50 atrapadas.
"En varios momentos escuchamos voces, incluidas la de un niño", dijo Thalib Bawano.
"Pedían ayuda, pero todavía están allí. Los motivamos para que no pierdan el ánimo porque están atrapados entre la vida y la muerte".
"Les dimos agua y comida pero no era eso lo que querían. Querían salir".
"’Queremos salir, salir, salir. ¡Ayuda! Ayuda!’", gritaban.
"Eso fue lo que escuchamos. Otros solo golpeaban".
¿Cuáles son los otros desafíos?
Dado que los hospitales están dañados, los heridos están siendo asistidos al aire libre. Al menos se ha abierto un hospital militar de campo.
El ejército ha tomado el control del aeropuerto para coordinar los vuelos que traen ayuda y los que trasladan heridos y evacuados.
Por la limitación de suministros, gente ha hecho redadas en tiendas dañadas para obtener alimentos, agua y medicamentos.
"No tenemos otra opción, necesitamos comida", le explicó un hombre a AFP.
En el ínterin, se han comenzado a cavar fosas comunes. Una de ellas fue llenada con 300 cuerpos.
¿Por qué fue tan destructivo?
El terremoto de 7.5 de magnitud ocurrió a una profundidad de 10 km justo frente al isla central de Célebes a las 18:03 (10:03 GMT) el viernes, y provocó un tsunami, según monitores estadounidenses.
El terremoto fue poderoso pero superficial, y con movimiento más lateral que vertical, (no es el tipo de temblor que típicamente da lugar a un tsunami).
De acuerdo al vicepresidente indonesio, Jusuf Kalla, el conteo final de muertos podría estar en los miles. La Cruz Roja estima que más de 1,6 millones de personas se han visto afectadas. La mayoría de las víctimas murieron a causa del terremoto.
Un sofisticado sistema de advertencia de tsunamis fue implementado en toda la región del Pacífico después del desastre de 2004, en el que murieron de 250.000 personas.
Aún no está claro por qué esta vez no fue efectivo, pero Nugroho dice la parte de la red que compete a Indonesia se ha visto perjudicada por falta de fondos.
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