La controversia territorial entre Chile y Bolivia por las aspiraciones bolivianas a tener acceso al mar lleva más de un siglo y todavía sigue vigente.
Pero pese a las tensiones políticas entre las dos naciones, hay un considerable monto de negocios que se dan entre ellas.
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Es más, pese a que los dos países no tienen relaciones diplomáticas formales desde 1978, Chile es la tercera fuente de importaciones más importante para Bolivia.
Con cerca de US$1.161 millones en ventas chilenas a Bolivia, los bolivianos compran más a Chile que a Estados Unidos o a Argentina.
Y Bolivia es a su vez el tercer mercado en importancia para Chile en Sudamérica.
Chile le vende a sus vecinos bolivianos el 1.7% de sus exportaciones, bastante más de lo que le envía a Argentina o a Colombia.
El comercio bilateral entre las dos naciones llega a US$1.277 millones anuales, aunque la inmensa mayoría de ese comercio va en una sola dirección.
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Las ventas de Bolivia a Chile son apenas US$116 millones, o cerca de diez veces menos que las chilenas a Bolivia.
Zonas francas
Las mercancías exportadas por Chile a Bolivia son principalmente manufacturas, incluyendo de manera especial productos del sector automotriz, de acuerdo con datos suministrados a BBC Mundo por la Oficina Comercial de Chile en Bolivia.
Vale la pena anotar que muchos de estos productos llegan a Bolivia provenientes de zonas francas chilenas y fueron manufacturados originalmente en terceros países.
Por lo que las zonas francas chilenas vienen cumpliendo una función de intermediarios en bienes manufacturados, muchos de ellos asiáticos, que eventualmente llegan a Bolivia.
Mientras tanto, las ventas de Bolivia a Chile son especialmente de productos agrícolas, como los derivados de la soja.
El comercio entre los dos países llegó a ser incluso mayor en años anteriores, alcanzando los US$1.789 millones en 2012.
Desconfianza en la inversión
Tal vez se nota más la desconfianza mutua entre estos países en los escasos montos de inversión que se presentan entre los dos países.
La inversión extranjera es muchas veces una apuesta económica más visible y con vocación de permanencia que el simple comercio.
Por lo que las variables políticas pueden jugar un papel más grande en espantar posibles negocios bilaterales.
La inversión acumulada de Chile en Bolivia es de US$192 millones.
Mientras que la de intereses bolivianos en Chile apenas llega a US$1,2 millones.
El acceso al mar
Más allá de los vínculos comerciales directos, Chile representa en este momento un conducto importante para las exportaciones bolivianas al resto del mundo, ante la falta de un acceso al mar.
Desde 2013, el gobierno de Bolivia pide a la Corte Internacional de La Haya un fallo que obligue a Chile a negociar el reclamo boliviano de una restitución de la salida soberana al océano Pacífico, perdida en la guerra del Pacífico en 1879.
Este lunes, la corte decidió que Chile no tiene obligación de negociar con Bolivia una salida soberana al mar.
Según el gobierno de Santiago, Bolivia ya tiene en la práctica un acceso al mar a través de los puertos chilenos del norte, por donde operan cada año unas 7.000 empresas bolivianas.
"Como consecuencia del Tratado de 1904, Bolivia ejerce potestad aduanera en los puertos de Arica y Antofagasta sobre las cargas con destino a Bolivia", asegura Chile.
De acuerdo con lo firmado, Bolivia tiene a sus propias autoridades aduaneras en Arica y Antofagasta, encargadas de aprobar la documentación que afecta a las cargas con destino a su país.
Por los puertos chilenos salen productos como la soja boliviana y sus derivados, girasol, madera, quinua, azúcar, maíz, nueces de Brasil y minerales como el zinc, el plomo o el cobre.
Según el Instituto Nacional de Estadística boliviano, cada año se exportan a través del puerto de Arica mercancía por valor en torno a los US$2.000 millones y por valor de US$1.300 millones en el puerto de Antofagasta.
Aunque en meses recientes, las autoridades bolivianas han venido haciendo gestiones con el gobierno peruano para aumentar el uso de los puertos de ese país para exportar productos bolivianos.
Y Bolivia aspira a que eventualmente recobren la salida soberana al mar que tuvieron en el siglo 19.
Sin respuesta
Chile y Bolivia mantienen una relación económica desigual, pero importante para dos países con diferencias políticas profundas.
La inquietud que surge es qué tanto podría crecer el comercio bilateral si se resolvieran las diferencias políticas entre ambos países.
Por el momento, no se vislumbra un final inmediato a la disputa.
Pero la persistencia del comercio entre estas dos naciones parece confirmar una vez más la fuerza del impulso por hacer negocios, incluso entre naciones que llevan décadas de antagonismo diplomático.
* Este artículo fue publicado originalmente el 4 de abril de 2017 y republicado este 1 de octubre con motivo del fallo de la Corte Internacional de Justicia.