Ahora reluciente entre las nubes de vapor que envuelven la plataforma 9 y 3/4, el Expreso de Hogwarts tiene un lugar especial en los corazones de los fanáticos de Harry Potter.
Sin embargo, hubo un momento en que el único lugar al que este tren podía llamar hogar era un depósito de chatarra del sur de Gales, Reino Unido.
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La locomotora que ahora descansa en el estudio Leavesden de Warner Brothers, al norte de Londres, alguna vez estuvo destinada para arder en un horno.
Dado de baja, abandonado y olvidado durante más de 17 años, el paradero final de este ferrocarril estaba originalmente lejos de la Escuela Hogwarts.
Pero la historia del GWR 5972 Olton Hall es tan encantadora como cualquiera de las contadas por JK Rowling.
Desechado como chatarra
Construido en 1937, en Swindon, en el suroeste de Reino Unido, el GWR 5972 integraba la red ferroviaria del corazón industrial de Gales en los años 40 y 50.
Olton Hall solía recorrer una de las rutas principales de Great Western Railways (compañía de trenes que une Londres con el suroeste de Reino Unido) hacia la estación de Paddington, en Londres.
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Pero con la llegada del diésel y la electricidad al transporte, el tren fue retirado de circulación en 1963.
"La empresa británica de trenes comenzó a deshacerse de las máquinas a vapor en los años 60, por lo que apenas una locomotora necesitaba algún tipo de reparación, se desechaba", explica Shuttleworth.
"Casi todas las 22.000 locomotoras de vapor fueron abandonadas como chatarra", añade.
Cuando los hermanos Woodham, dueños de un depósito de chatarra en el sur de Gales, compraron el Olton Hall, el futuro de la locomotora parecía sombrío.
Pero su resurrección, más adelante, sería única.
Restauración
David Smith, propietario del operador ferroviario West Coast Railways, compró el Olton Hall en 1981.
"Después de estar casi 20 años en un depósito de chatarra, estaba en condiciones terribles", recuerda James Shuttleworth, de West Coast Railways.
Un pequeño ejército de voluntarios se tardó 16 años para restaurar el expreso y devolverle a su antigua gloria.
"Había sufrido un gran deterioro, por lo que requirió mucho trabajo", cuenta Shuttleworth. "Prácticamente se tuvo que empezar de nuevo".
"Pero lo pusimos en marcha otra vez y comenzó a hacer viajes cortos en el norte de Inglaterra", comenta.
Sin embargo, otro giro más en su historia hizo que el 5972 resurgiera de sus cenizas, como el fiel fénix Fawkes del profesore Dumbledore.
"Recibimos una llamada de Warner Brothers", señala Shuttleworth.
Buscando al Expreso de Hogwarts
Cuando el estudio iba a filmar "Harry Potter y la piedra filosofal", los productores de la película estaban desesperados por una auténtica locomotora para representar el Expreso de Hogwarts.
"Querían un tren que fuera esencialmente británico y JK Rowling aparentemente había visto uno en un viaje de Edimburgo a Londres", relata.
"Cuando el director artístico me mostró una foto de lo que querían, un ferrocarril de modelo Hall, respondí que teníamos uno de esos’", agrega.
El Expreso de Hogwarts en la saga
- El GWR 5972 Olton Hall apareció por primera vez en "Harry Potter y la piedra filosofal" (2001), donde llevaba estudiantes de Hogwarts de la estación de King\’s Cross, en Londres, a la estación de Hogsmeade.
- El Expreso de Hogwarts aparece en las ocho películas de la saga, que recaudaron US$7.700 millones.
- El tren aparece en la escena final de la serie, en "Las reliquias de la muerte" – Parte 2, cuando la nueva generación de magos, incluidos los dos hijos de Harry Potter, se van a Hogwarts.
La carrocería del tren era verde, pero Warner Brothers decidió pintarla de rojo, de acuerdo con el texto original de Rowling.
GWR 5972 jugó un papel esencial en las películas de Harry Potter y hoy ocupa un lugar destacado entre las atracciones del estudio Leavesden de Warner Brothers.
Sin embargo, los 6.000 visitantes diarios de Leavesden no podrían maravillarse con el tren que terminó transformado en el Expreso de Hogwarts si no hubiera sido por los hermanos Woodham, los comerciantes de chatarra del sur de Gales. Especialmente, por uno de ellos, Dai Woodham.
"En el fondo, Dai Woodham era un hombre de negocios", dice Shuttleworth.
"Se las arregló para anular la regla que impedía revender trenes que hubieran sido vendidos como chatarra", dice Shuttleworth, en referencia a la compra del GWR 5972 por parte del West Coast Railways en 1981.
"Como resultado, vendió unos 220 ferrocarriles que en su mayoría fueron restaurados", detalla.
"Dudo que la preservación fuera su principal motivación, pero sin querer ayudó a salvar la máquina de vapor casi sin ayuda", añade.
Millones de fanáticos de Harry Potter estarán eternamente agradecidos de que lo haya hecho.