Casi tres semanas después de meterse en problemas por sugerir que Tesla podría dejar de ser una empresa pública, Elon Musk se retractó y anunció que la compañía seguirá cotizando en bolsa.
A principios de agosto, Elon Musk sorprendió a los inversores al anunciar en Twitter que tenía fondos asegurados para convertir a la fabricante de autos eléctricos en una firma privada, por un valor de US$72.000 millones.
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El desconocido potencial inversor, según Musk, iba a ser el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita, que posee ya el 5% de las acciones de Tesla, aunque no había alcanzado un acuerdo de privatización.
Pero ahora el empresario sudafricano se mantendrá en la dirección opuesta: "Dados los comentarios que recibí, es evidente que la mayoría de los accionistas de Tesla cree que estamos mejor como empresa pública", dijo Musk en un comunicado difundido el viernes.
¿A qué se deben estos cambios de postura del director ejecutivo de esta casa automotriz?
Demandas
El 7 de agosto, Musk dijo en Twitter que retirar la firma de la bolsa ayudaría a que Tesla ya no fuera presionada para tomar decisiones a corto plazo para apaciguar a los inversores.
El dueño de casi el 20% de la compañía señaló que esperaba que la medida protegiera a la empresa de las oscilaciones en el precio de las acciones y la presión para cumplir los objetivos financieros trimestrales.
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El explosivo tuit del también presidente de Tesla provocó un alza de las acciones de la misma de hasta un 11%, aunque después se desplomaron.
También desencadenó demandas en contra de Musk por considerar el anuncio "fraudulento y engañoso", porque, según alegaron inversionistas, buscaba provocar una sacudida en la bolsa.
Además, medios estadounidenses reportaron que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) investigaría el tuit.
En una entrevista con The New York Times, Musk dijo que su tuit había sido "un intento de ser transparente".
Presiones
Después del revuelo que provocó, Musk se reunió con bancos, accionistas y el directorio de Tesla para evaluar la privatización y cambió de opinión.
"Basado en todas las discusiones mantenidas en las últimas dos semanas (…) creo que el mejor camino es que Tesla siga siendo pública", afirmó el empresario en su comunicado del viernes.
"Sabía que el proceso de privatización supondría un desafío, pero está claro que consumiría más tiempo y distraería de lo previsto inicialmente", sostuvo.
"Eso hubiera sido un problema porque debemos mantenernos enfocados en aumentar la producción del Modelo 3 y ser rentables", explicó. "No lograremos nuestra misión de desarrollar energía sostenible a menos que seamos financieramente sostenibles".
Tesla está bajo presión para que aumente la fabricación del Modelo 3, el de menor costo de su catálogo, pero el incremento se ha atrasado, desde 2016.
Además, la firma todavía necesita obtener ganancias y Musk había prometido que para el segundo semestre de 2018 la empresa sería rentable.
Pese a las dificultades, Musk aseguró en su mensaje del viernes que está "increíblemente emocionado de seguir dirigiendo Tesla como una empresa pública".
"Es un privilegio", concluyó.