Cada año gastamos una fortuna en medicamentos de venta libre que prometen aliviar todo tipo de problemas de salud, desde dolores de cabeza hasta indigestión y desde resfríos hasta contracturas musculares, incluyendo otras cosas como el acné.
Pero ¿cuán efectivos son estos medicamentos? Y ¿qué impacto real tienen sobre nuestro cuerpo?
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El doctor Chris Van Tulleken de la serie de la BBC "La verdad sobre…" decidió investigarlo. Su primer desafío: los analgésicos.
Son uno de los medicamentos de venta libre -es decir, que no requieren una receta médica- más consumidos en todo el mundo.
Prometen aliviar todo tipo de dolencias, como los dolores de cabeza, de dientes, los musculares o las molestias menstruales.
Muchos de ellos incluso aseguran combatir uno de estos problemas, específicamente.
Los analgésicos más populares son el paracetamol, el ibuprofeno y la aspirina.
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En algunos países estos productos pueden conseguirse únicamente en las farmacias. En otros, también se venden en supermercados y otros establecimientos comerciales.
Pero ¿cuánto sabemos realmente sobre estos productos que están en nuestro botiquín? Y ¿cuáles cumplen lo que prometen?
Cómo funcionan
Como parte de su misión para averiguarlo, el Dr. Van Tulleken decidió investigar más en profundidad cómo funcionan los analgésicos.
Para ello, se colocó algo llamado una "pill cam", una minúscula cámara que es ingerida y filma el recorrido de una píldora desde que ingresa a la boca hasta que baja por el esófago y finalmente llega al estómago.
"Uno no suele poder visualizar lo que ocurre con un medicamento una vez que ingresa a nuestro cuerpo", señala el experto, mientras observa la imagen de la píldora que acaba de ingerir hace segundos, reposando en su estómago.
"Parece una pequeña bola de nieve", observa Van Tulleken, quien explica que "el analgésico no comenzará a funcionar hasta que llegue al torrente sanguíneo".
De a poco la píldora se va disolviendo y el medicamento ingresa al intestino delgado, donde es absorbido dentro del flujo sanguíneo.
Puro marketing
¿Sirven los analgésicos que prometen aliviar una dolencia específica?
"No", concluye categóricamente el Dr. Van Tulleken.
Una vez que el medicamento ingresa a tu sangre "no hay manera de dirigir la droga específicamente a una parte del cuerpo", asegura el experto.
"Acabas con la misma cantidad de droga en tu dedo gordo que en tu cabeza", explica.
Es decir que comprar un analgésico para aliviar un dolor de cabeza, otro para el dolor de articulaciones y un tercero para las molestias menstruales es tirar el dinero.
No solo eso, podría ser peligroso.
El médico advierte que todos esos remedios suelen contener la misma droga, por lo que tomar más de uno a la vez (si uno está con más de un tipo de dolor) podría llevar a una sobredosis.
Por eso, Van Tulleken sugiere no dejarse engañar por el marketing.
Efectivas
Sin embargo, hay algo sobre lo que no mienten las farmacéuticas que fabrican analgésicos: sí sirven para calmar el dolor.
Cualquier dolor.
El secreto es inspeccionar bien la caja y ver qué droga específica contiene.
"Recuerda siempre leer la letra chica y así sabrás qué dosis es segura y cada cuánto debes tomarla", aconseja el experto.
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