Es una tradición diseñada como "limpieza espiritual".
11 de los 12 niños que pasaron varios días atrapados en una cueva inundada en el norte de Tailandia serán iniciados como novicios en una tradición budista tailandesa para quienes experimentan adversidad.
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Los niños, cuyas edades van de los 11 a los 16 años, vivirán en el monasterio durante nueve días, el mismo periodo que pasaron atrapados en la cueva de Tham Luang, en Chang Rai, hasta que fueron descubiertos por sus rescatistas.
El grupo, un equipo de fútbol local, los Jabalíes Salvajes, entró al templo con las cabezas rapadas y este martes comenzará la ceremonia para su ordenación.
"Pasarán días en un monasterio. Es para su propia protección", le dijo a la BBC Seewad Sompoangiai, abuelo de Night, uno de los niños rescatados.
"Es como si hubieran muerto y ahora han renacido", agregó.
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Historia dramática
La extraordinaria historia del rescate del grupo atrapó la atención mundial y millones siguieron los hechos desde el 23 de junio cuando el grupo entró a la cueva después de una práctica de fútbol y quedaron atrapados por las súbitas lluvias del monzón.
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Los niños y su entrenador permanecieron durante nueve días en la oscuridad y con poca comida hasta que fueron rescatados el 2 de julio en un enorme operativo internacional.
"Se trata de aprender a vivir como un monje durante nueve días para honrar a quienes participaron en su rescate", explica Nopporn Wong-Anan, editor de BBC Tailandia.
"Y de dedicar esas enseñanzas al buzo que murió durante su rescate. Porque estas ceremonias están dedicadas a los muertos".
"Los 11 niños serán ordenados como novicios mientras que su entrenador, que es adulto, será ordenado como monje", explica.
Para la ceremonia inicial el martes los niños, vestidos con ropa blanca y con la cabeza rapada, asistieron a un servicio en la que rezaron y cantaron frente a un monje vestido con una túnica color azafrán que dio las gracias por su rescate.
Después encendieron velas y colocaron ofrendas tradicionales, como dulces y fruta, frente a las estatuas de Buda.
Los niños y su entrenador están en el templo de Wat Phra That Doi Wai, en el distrito de Chiang Rai.
Buen karma
"Los niños visten con túnicas blancas en la ceremonia de preparación y el miércoles vestirán de azafrán para la ceremonia de ordenación", explica el editor de BBC Tailandia.
"Durante el tiempo que vivan como novicios en el monasterio aprenderán los 10 preceptos de Buda, que incluyen cosas como no mentir, perdonar, vivir en armonía, ser agradecido, etc.".
"Se trata de adquirir un ’buen karma’ (buena acción) para pasarla a otras personas, principalmente a los muertos. Y en este caso será para el buzo Saman Kunan, quien murió durante la operación de rescate", afirma Nopporn Wong-Anan.
Tradicionalmente, muchos hombres tailandeses son ordenados como monjes budistas cuando llegan a la mayoría de edad.
Es una práctica para bendecir y honrar a las familias budistas tailandesas.
El entrenador del equipo de los Jabalíes Salvajes, Ekkapol "Ake" Chantawong, de 25 años, quien ya había sido ordenado como novicio, permanecerá en el templo por el mismo período que los niños pero ahora será ordenado como monje.
"Para ello él deberá aprender los 227 preceptos de Buda, que son las enseñanzas que tienen los monjes", dice el editor de BBC Tailandia.
Aunque Ake atrajo ciertas críticas por haber llevado a los niños a la cueva, también se le ha elogiado por ayudarlos a soportar la experiencia.
Se dijo que el entrenador les enseñó técnicas de meditación para ayudarlos a calmarse y a usar el menor aire posible.
El niño número 12, Adul Sam-on, de 14 años, no entró al monasterio con el grupo porque es cristiano.
Se dijo que las familias de los niños prometieron ordenar a los Jabalíes Salvajes como una forma de dar gracias por los esfuerzos de su rescate y para honrar al buzo Saman Kunan.
Después de la ceremonia de ordenación los niños permanecerán en diferentes monasterios meditando, orando y limpiando los templos hasta que se cumplan los nueve días.
Cuando fueron rescatados el grupo fue llevado a un hospital en Chiang Rai donde recibieron atención médica y psicológica.
La semana pasada fueron dados de alta y se informó que estaban en buena salud.
El gobierno tailandés impuso una prohibición para que los medios de comunicación no hablaran con los niños durante 30 días.
El sistema de cuevas donde quedaron atrapados fue clausurado, pero algunos funcionarios han dicho que éste podría volverse a abrir en el futuro como atracción turística.