Burberry, la marca británica reconocida por la gabardina que usaron los soldados ingleses en las dos guerras mundiales, hace desde hace unos años algo inusual para cuidar su marca: quemar productos.
En 2017, se estima que la casa de moda británica quemó US$33,7 millones en ropa, accesorios y perfumes. En los últimos cinco años, la cifra de productos destruidos asciende a 116,8 millones de dólares.
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El periodista de la BBC Ben Morris habló con Maria Malone, especialista en moda de la Universidad Metropolitana de Manchester, sobre este comportamiento particular de la compañía.
"En los últimos años, Burberry ha estado trabajando arduamente para volver a hacer que su marca sea exclusiva, después de pasar por una fase en la que los falsificadores estaban afectando sus ingresos", dijo Malone.
Por esto, la marca inglesa ha tomado la decisión de destruir los productos que no venden para que "el mercado no se inunde de [productos en] descuentos. No quieren que los productos de Burberry lleguen a manos de cualquiera que pueda venderlos con un descuento y devaluar la marca", afirma Malone.
Un portavoz de la compañía le dijo a la BBC que cuentan con "procesos cuidadosos para minimizar la cantidad de existencias sobrantes que producimos".
"En los casos en que es necesario deshacerse de los productos, lo hacemos de manera responsable y seguimos buscando formas de reducir nuestros residuos".
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Burberry dijo que la energía generada por la quema de sus productos fue almacenada para que el proceso fuera amigable con el medio ambiente.
Alianzas y excesos
2017, sin embargo, fue un año inusual para la compañía. Burberry hizo una alianza con la multinacional de productos de belleza Coty para producir perfumes de la marca inglesa.
Según el índice financiero The Financial Times Stock Exchange 100, Burberry tuvo que destruir un excedente de productos valorado en US$12,9 millones por cuenta de esta alianza, perfumes en su mayoría.
En noviembre pasado, Burberry anunció una renovación destinada a "reenergizar" sus productos, cerrar tiendas que no están en ubicaciones "estratégicas" y crear un "centro de excelencia" para productos de lujo en cuero.
También han reducido los costos, para aumentar ganancias, y al cierre del año fiscal al 31 de marzo, reportaron un aumento de 5% en las ganancias, hasta los US$536,2 millones.
"Burberry es solo la punta del iceberg"
Burberry no es la única marca que hace esta práctica. Richemont, propietaria de las marcas Cartier y Montblanc, tuvo que comprar 480 millones de euros en sus propios relojes en los últimos dos años.
Analistas consultados por la BBC dicen que algunas partes de esos relojes serían recicladas, pero también se descartarían muchas.
Los activistas ambientales están enojados.
"A pesar de sus altos precios, Burberry no muestra respeto por sus propios productos ni por el arduo trabajo y los recursos naturales que se utilizan para fabricarlos", dijo Lu Yen Roloff, de Greenpeace.
"La cantidad cada vez mayor de sobrantes apunta a la sobreproducción, y en lugar de frenar su producción, incineran la ropa y los productos en condiciones perfectas. Es un secreto sucio de la industria de la moda", dijo.