Un tribunal en Australia condenó a un arzobispo católico a un máximo de 12 meses de detención por encubrir abusos sexuales de menores en los años 70.
Philip Wilson, arzobispo de la sureña ciudad de Adelaide, es el más alto clérigo de la Iglesia Católica en el mundo en ser condenado por ese delito.
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La corte concluyó el mes pasado que era culpable de encubrir el abuso de acólitos perpetrado por un colega y sacerdote pedófilo en Nueva Gales del Sur.
El martes, el tribunal ordenó que se evalúe el estado del clérigo para cumplir "arresto domiciliario", lo que quiere decir que, probablemente, no vaya a la cárcel.
De acuerdo al magistrado Robert Stone, Wilson no mostró "arrepentimiento o remordimiento".
El arzobispo podría obtener libertad condicional después de seis meses.
Proteger la reputación de la Iglesia
Si bien Wilson abandonó sus deberes después de que se confirmaran los cargos en su contra, aún no ha dimitido como arzobispo.
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En mayo, un tribunal lo halló culpable por no informar a la policía de los abusos de su colega James Patrick Fletcher a sus acólitos.
Wilson, quien entonces era cura en la región de Maitland, desestimó el testimonio de las jóvenes víctimas para proteger la reputación de la Iglesia, determinó Stone.
Fletcher fue hallado culpable de nueve abusos sexuales en 2004, y murió en la cárcel dos años más tarde.
Paz para las víctimas
Durante el juicio, Wilson negó haber tenido conocimiento de las acciones de Fletcher.
Su abogado intentó en cuatro ocasiones que se desestimara el caso argumentando que Wilson, de 67 años, sufría de Alzheimer.
Una de las víctimas, Peter Creigh, le dijo al tribunal que él le había descrito el abuso en detalle a Wilson en 1976, cinco años después de que ocurriese.
El magistrado Stone rechazó el argumento de Wilson, que dijo que no recodaba dicha conversación, y consideró a Creigh como un testigo fiable.
Otra víctima, que no puede ser nombrada por razones legales, testificó que Wilson le había dicho que estaba diciendo mentiras y que rezase diez "Ave Marías" como castigo.
La Conferencia de Obispos Católicos de Australia dijo que esperaba que esta sentencia "trajera algo de paz" para las víctimas de Fletcher.
Y añadió que la Iglesia ya había hecho "cambios sustanciales" para evitar los abusos y su encubrimiento".
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