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Aborto, pena de muerte y otros temas polémicos que pueden cambiar en EE.UU. con una Corte Suprema que gire a la derecha tras el retiro del juez Anthony Kennedy

El anuncio del retiro de la Corte Suprema del magistrado Anthony Kennedy abre la puerta para la consolidación en ese tribunal de una mayoría de jueces conservadores, cuyas decisiones pueden afectar muchos asuntos controvertidos en las décadas por venir.

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Anthony Kennedy ha tenido el voto determinante en las decisiones de la Corte Suprema de Estados Unidos durante los últimos 30 años pero, a partir del próximo 31 de julio, ya no lo tendrá más porque pasará a retiro.

Aunque fue postulado como miembro del máximo tribunal por el presidente republicano Ronald Reagan, las posiciones de este magistrado han oscilado entre el conservadurismo y el liberalismo.

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Como consecuencia de ello, Kennedy se ubicó en lo que se considera como el centro ideológico de la Corte Suprema, en la que en la actualidad comparte responsabilidades con 4 magistrados que votan de forma consistente por decisiones más conservadoras y otros 4 que lo hacen por sentencias más progresistas, lo que dejaba a Kennedy con el voto clave.

Tras el anuncio de su retiro el miércoles, el presidente Donald Trump anunció que de inmediato pondrá en marcha el proceso para sustituirlo, abriendo así la posibilidad de que se consolide una mayoría firme de cinco magistrados conservadores en la Corte Suprema.

Como estos nombramientos tienen carácter vitalicio, la consolidación de una mayoría en el máximo tribunal puede marcar la orientación de sus decisiones durante una generación.

BBC Mundo te presenta cuatro temas importantes en los cuales la posición del magistrado Anthony Kennedy marcó una diferencia fundamental en Estados Unidos y cuya interpretación legal podría cambiar una vez que sea nombrado su relevo en la Corte Suprema.

Aborto

Poco después de que el magistrado Kennedy anunció su jubilación, el analista especializado en la Corte Suprema Jeffery Tobin publicó un tuit en el que afirmaba que "el aborto será ilegal en 20 estados en 18 meses", un indicador de que cree que el próximo magistrado se unirá a una mayoría para revertir la sentencia del caso Roe versus Wade, un fallo de 1973 mediante el cual se legalizó el aborto en todo Estados Unidos.

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Quienes se oponen a esta práctica llevan décadas intentando reducir las amplias garantías constitucionales otorgadas por ese fallo y, ahora, sin Kennedy podrían hallar su oportunidad.

En 1992, cuando Kennedy estaba en sus primeros años como magistrado, la Corte estudió una serie de restricciones impuestas en Pensilvania sobre el aborto en el caso Planned Parenthood contra Casey, por lo que hubo la oportunidad de reducir drásticamente el derecho al aborto.

Según se informó entonces, Kennedy inicialmente se alineó con los jueces más conservadores pero al final redactó una posición junto con otros dos magistrados que ratificó el derecho de la mujer a abortar hasta antes de que el feto sea viable.

Desde entonces, con frecuencia Kennedy se puso de lado de los defensores del aborto en la Corte. El caso más reciente se produjo el año pasado cuando junto a los cuatro magistrados de tendencia progresista fallaron contra una ley de Texas que regulaba el funcionamiento de las clínicas en las que se practican abortos y a los médicos que los realizan.

Es probable que la Corte discuta pronto otro caso sobre este tema, pues existe una ley en Iowa que prohíbe abortar después de que se detecta el primer latido del corazón del feto, alrededor de las seis semanas de embarazo. Esta norma se encuentra paralizada a la espera de ser impugnada ante los tribunales por los grupos defensores del aborto.

Los expertos creen probable que una Corte Suprema sin Kennedy podría declarar constitucionales las normas estatales que hacen que, en términos reales, las mujeres no puedan practicarse abortos en muchos estados en los que en la actualidad solo se permite a un puñado de clínicas realizarlos.

Derechos de los homosexuales

Uno de los asuntos por los que probablemente el magistrado Kennedy será recordado es por los casos relacionados con los derechos de los homosexuales.

En 1996, él apoyo la decisión que derogó unas ordenanzas que discriminaban a los gays en Colorado. Luego, en 2003, fue el autor de una decisión que declaró inconstitucional una ley de Texas que consideraba ilegal las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.

Pero, probablemente, su decisión más famosa fue la que permitió en 2015 la legalización del matrimonio homosexual en todo el país.

En esa sentencia, él señaló que el matrimonio "permite a dos personas hallar una vida que no podrían hallar solos" y que la Constitución garantiza a las parejas gay el derecho a tener "una dignidad igual ante los de la ley".

Esa decisión fue tomada en una votación 5 a 4 y, aunque una nueva mayoría conservadora en la Corte podría no revertirla directamente, sí podría dar pasos para permitir a los individuos y a las empresas restringir las protecciones a los derechos civiles de los gays y de las parejas homosexuales, sobre la base de sus creencias religiosas.

Pena de muerte

La Corte Suprema de Estados Unidos estableció la constitucionalidad de la pena de muerte en una sentencia de 1976.

Durante sus años como magistrado, Kennedy no cuestionó ese precedente pero de forma consistente se ha alineado con los jueces que han establecido limitaciones sobre quienes pueden ser ejecutados y bajo cuáles circunstancias.

En 2002, se sumó a una sentencia que prohibía la ejecución de quienes sufrían discapacidades intelectuales y, en 2005, escribió una sentencia apoyada por un voto mayoritario estableciendo la inconstitucionalidad de la aplicación de la pena capital a los menores de 18 años.

Finalmente, en 2014 fue el ponente de un fallo mayoritario que limitaba la capacidad de los estados para determinar quién es y quién no es capaz mentalmente.

Se ha especulado sobre la posibilidad de que siguiendo esta tendencia, la Corte Suprema podía estar avanzando hasta un punto en el cual podría decidir que en todos los casos la pena capital constituye "un castigo cruel e inusual", algo prohibido en la octava enmienda de la Constitución.

Ahora, sin embargo, es muy probable que el nuevo magistrado que proponga Trump para sustituir a Keneddy ponga fin a esta tendencia.

Discriminación positiva

Durante años la capacidad de las universidades públicas en Estados Unidos de tomar en consideración la raza y las características étnicas con miras a crear un cuerpo estudiantil diverso ha sido un terreno inestable.

La "discriminación positiva", una práctica instaurada desde la década de 1960 para favorecer la inclusión y el avance de las minorías, ha enfrentado crecientes desafíos en los últimos tiempos.

El magistrado Kennedy se ha opuesto a cualquier mecanismo que conceda ventajas a un individuo para ser admitido en estos centros de estudio únicamente sobre la base de sus características raciales.

Sin embargo, en 2016 él redactó una decisión mayoritaria -aprobada solamente en una votación 5 a 4- en la que respaldaba un mecanismo aplicado por la Universidad de Texas en la que se tomaba en cuenta la raza del solicitante junto a varios otros elementos dentro de una "revisión amplia" en el proceso de admisión de nuevos alumnos.

La decisión se colocaba en una delicada frontera legal pues permitía a las universidades públicas diseñar políticas que favorecieran tener un cuerpo estudiantil más diverso pero evitando fijar cuotas o tomar otras medidas directas.

Se trata de una frontera que otros magistrados conservadores no se han mostrado interesados en respetar, por lo que si llegan a contar con otro juez con cuyo voto puedan contar esa ventana abierta, ese "tal vez" a la discriminación positiva se puede convertir con facilidad en un "no".

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