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"No sabíamos nada de los crímenes": la vida dentro de Wild Wild Country, la polémica secta en Estados Unidos

Mukto fue miembro de la comunidad liderada por Osho, un gurú indio mundialmente conocido en los 80, que fue acusado de crímenes, encarcelado y deportado. La historia de la secta llegó a Netflix en una serie documental que se ha convertido en un éxito en muchos países.

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La serie documental "Wild Wild Country", de Netflix, está impactando a una generación que no conocía la historia del gurú indio Bhagwan Shree Rajneesh —conocido como Osho— y su vida en Estados Unidos en los 80, pero sorprendió también a algunos de los que estaban allí cuando sucedió todo.

"Había oído de los crímenes expuestos en el documental y yo estaba en el rancho cuando entró el FBI para investigar. Pero nosotros no sabíamos la mayoría de las cosas", le dijo a BBC Brasil Mukto, un ciudadano alemán de 65 años, que llegó a vivir en la comunidad estadounidense y hoy reside en Fortaleza, Brasil.

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"Había muchos rumores dentro de la comunidad en esa época. Para muchos de nosotros fue una sorpresa".

Mukto se refiere al descubrimiento de actividades como la organización de matrimonios ficticios para burlar las leyes de inmigración, un ataque bioterrorista contra la población local e incluso intentos de asesinato.

Los hallazgos los hicieron las autoridades estadounidenses y le atribuyeron la responsabilidad a los líderes del grupo, principalmente al gurú y a su secretaria Ma Anand Sheela.

Todo ocurrió después de que el gurú y sus seguidores más próximos salieron de India para fundar la ciudad de Rajneeshpuram dentro de un rancho en el estado de Oregon, generando desconfianza e ira entre los residentes locales.

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Pero pese al escándalo en ese entonces y la detención y deportación de Bhagwan Rajneesh, su doctrina continuó siendo popular en todo el mundo.

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Experiencia intensa

A finales de los años 70 y principios de los 80, Osho ocupaba los titulares de periódicos y revistas internacionales con su doctrina, que mezclaba elementos de las principales religiones orientales, del misticismo y de la filosofía occidental, técnicas de psicoterapia y meditación.

En sus discursos, hacía bromas sobre el papa católico y sobre Mahatma Gandhi, y defendía la libertad sexual. Era conocido por coleccionar autos Rolls Royce, relojes caros y joyas.

En su ashram (comunidad) en la ciudad de Pune, en India, personas de todo el mundo acudían a escuchar sus enseñanzas. En algunos casos incluso se mudaban allí con sus familias.

"Yo tenía 28 años cuando entré en contacto con su filosofía. Hice un taller de meditación de un fin de semana en Alemania y me interesó seguir aprendiendo sobre mí mismo. A partir de ahí, fui a Pune, pasé algún tiempo en las comunidades europeas y después me fui al rancho, en Oregon", recuerda Mukto.

"Las personas estaban cansadas de vivir en un ambiente burgués. Pueden decir lo que quieran sobre aquella comunidad, pero era una experiencia intensa. Era lo que queríamos. En los primeros años, explorábamos mucho la sexualidad y aprendíamos mucho sobre nosotros mismos".

Mukto se fue para Pune en 1981, pero llegó a la comunidad tres días después de la misteriosa salida de Osho, que ya preparaba su ida para Estados Unidos.

Aún sin la presencia del maestro, dice, sus seguidores continuaban viendo videos de sus discursos diariamente y reuniéndose en grupos de meditación y exploración sexual.

"En aquel momento, los encuentros eran bastante intensos y algunos tenían sexo en grupo. Había mucho griterío, nos animaban a conectarnos con nuestra rabia. Había una forma limitada de violencia también. Algunas personas luchaban, una mujer llegó a romperse un brazo", recuerda.

Según el alemán, han cambiado muchas cosas en los retiros espirituales y centros ligados a Osho. El ashram en Pune es hoy en día un resort dedicado a la meditación, con una atmósfera "más amena".

"La primera gran comunidad, en Pune, tenía mucho que ver con el sexo. La segunda, en Oregon, tenía que ver con el poder. Y ahora, por increíble que parezca, es cuando la comunidad tiene más que ver con la meditación. Las personas quieren aprender realmente a meditar".

Comunidades sustentables

Después del período en India, Mukto fue a una de las muchas comunidades de sannyasins, como eran conocidos los seguidores de Osho, que se estaban formando en Europa, siguiendo a la comunidad creada en Oregon.

"Todas tenían que ser autosustentables, y muchas fueron exitosas financieramente. En Pune, tenías que pagar una entrada barata y pagar los grupos de terapia, pero la participación en los grupos de meditación era gratuita. En Colonia (Alemania), donde viví, éramos 400 personas y administrábamos dos discotecas, una empresa de construcción y un restaurante", contó.

"Llegué a ser director de la empresa de construcción y después me volví DJ. Pero hice todo tipo de cosas. A veces planchaba la ropa, en otras oportunidades limpiaba los cuartos".

En ese período, el alemán tuvo su primer contacto con una de las figuras más controversiales de la historia del gurú, su brazo derecho, Ma Anand Sheela, la mujer a quien él atribuiría los principales crímenes cometidos en Oregon.

Sheela fue acusada de instalar escuchas ilegales en diversas casas de la comunidad estadounidense, de incendiar un despacho de la administración local, de orquestar un ataque que contaminó cerca de 750 personas de la ciudad vecina con bacterias salmonella y de planear los asesinatos de un promotor público y del médico de Bhagwan Shree Rajneesh.

Cuando Mukto la conoció, ella era la persona más poderosa de la organización.

"Ella fue hasta Europa para organizar las comunidades. Por primera vez, comencé a cuestionarme mi estancia allí. Ella disminuyó nuestro tiempo libre y los gastos para alimentación. Tuvimos un sentimiento negativo hacia ella desde el inicio", dijo.

"En Estados Unidos también noté que a muchas personas no les gustaba ella ni el grupo que la rodeaba. Ese sentimiento fue aumentando cada vez más. Nos quedábamos porque queríamos estar cerca de Osho".

En la comunidad estadounidense, que llegó a convertirse en un municipio e incluso contaba con un aeropuerto propio, los residentes no tenían que pagar por la estancia ni la alimentación, pero llegaban a trabajar cerca de 12 horas por día en negocios que iban desde la agricultura hasta la gestión de restaurantes. Recibían unos US$200 por mes para gastos personales.

Los visitantes, por otro lado, pagaban por los programas de meditación y por la estancia en un hotel. "Sé que no era barato, pero tampoco era excepcionalmente caro. No teníamos ni idea de dónde venía todo el dinero de la organización".

Osho International recibía grandes donaciones de admiradores y seguidores del gurú en todo el mundo y acumuló un patrimonio millonario. Las autoridades de India y Estados Unidos llegaron a acusar a las comunidades de evasión de impuestos, pero las acusaciones no fueron formalizadas.

Por amor a Osho

El momento en que Mukto llegó a Rajneeshpuram fue también uno de los más controversiales en la comunidad.

Para conseguir una mayoría de electores y el derecho de colocar representantes en el consejo del condado de Waco, Ma Anand Sheela decidió llevar a Rajneeshpuram a centenares de personas sin techo de diversas ciudades estadounidenses.

El proyecto generó polémica, y a los nuevos ciudadanos locales no se les permitió registrarse como electores. Tiempo después comenzaron a ser expulsados de la comunidad, por ser considerados problemáticos.

En la serie de Netflix, los miembros del grupo más próximo a Ma Anand Sheela y Osho admiten que llegaron a poner un sedante en la cerveza que ofrecían a los sin-techo, sin que ellos lo supieran.

"Algunas de esas personas consumían drogas, algunas probablemente tenían problemas mentales. Algunas tenían tendencia a la violencia, otras se integraron. Pero fue una lucha llevar a aquellas personas para allá. Aunque estábamos acostumbrados a las locuras", dijo Mukto.

El conflicto político e ideológico de los administradores de Rajneeshpuram con los residentes de las ciudades vecinas, en Oregon, que es el foco del documental, llegó a provocar que los seguidores de Osho crearan una especie de policía interna, fuertemente armada.

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Las amenazas entre los dos bandos eran frecuentes, y llegó a producirse un atentado bomba en el hotel que recibía visitantes de Rajneeshpuram en Portland, capital del estado de Oregon. Pero ese problema era apenas parcialmente conocido por los que vivían dentro de la comunidad, según el alemán.

"Había muchos cristianos fundamentalistas intentado convertirnos agresivamente. Sufríamos agresiones verbales, había amenazas. También veíamos las armas, que un grupo de 30 o 40 personas usaba. Pero creo que era muy inocente, porque nunca puse atención en eso. Mucha gente no percibía la confrontación", afirmó.

El foco era, principalmente, la proximidad con el gurú. En aquel período, Bhagwan Shree Rajneesh había hecho un voto de silencio, y, por tanto, ya no hacía sus famosos discursos. Pero solo su presencia, según Mukto, era lo suficientemente poderosa para sus seguidores.

"Nosotros amábamos a Osho porque él nos dio algo que buscábamos en esa época. Él era carismático, tenía buen humor. Nosotros le abrimos nuestro corazón. El hecho de que usara joyas y tuviera tantos coches era divertido, en realidad, porque la hipocresía estadounidense se irritó mucho".

El momento en que Osho volvió a hablar fue justamente cuando avanzaron las investigaciones del FBI sobre la comunidad. Cuando Ma Anand Sheela y su grupo dejaron la comunidad local, en septiembre de 1985, él los acusó de ser una "pandilla de fascistas", que actuaba sin su consentimiento.

"Cuando empezamos a oír sobre todas las cosas que ella hizo fue sorprendente. Cuando estás haciendo algo de forma inocente y descubres que las personas al mando cometieron crímenes, necesitas ver para dentro de ti y cuestionarte: ’¿Debí haber dicho algo antes? ¿Debí haberme ido?’ Fue terrible sentir que eso había pasado y estábamos involucrados sin saberlo", afirma.

Un mes después, en octubre de 1985, el gurú huyó de la comunidad en una avioneta y fue detenido en una parada para abastecer la aeronave. Mukto salió de Rajneeshpuram un día después. "Vi su avión saliendo, sin saber que era él. Pero yo ya había decidido irme. Quería volver a tener mi vida personal".

Popularidad y reacción

La serie se convirtió en una de las más populares de Netflix en todo el mundo desde su lanzamiento, en abril, y generó una dura respuesta de la fundación Osho International.

"La serie documental no explora los aspectos clave de la cuestión y, consecuentemente, no ofrece un relato de la historia real detrás de la historia", dice la fundación, en un comunicado publicado en varios idiomas en su sitio oficial.

"Esencialmente, se trató de una conspiración del gobierno de Estados Unidos, que comenzó en la Casa Blanca y vino con el objetivo de frustrar la visión de Osho de una comuna basada en vivir conscientemente".

Mukto, por su parte, dice que, a pesar de la popularidad del documental, no fue cuestionado por amigos ni asistentes al centro de meditación que fundó en Fortaleza, llamado Osheanic International —aunque oficialmente no forma parte de la organización—.

"Me pareció bien que ese documental se haya hecho, y creo que los autores hicieron un esfuerzo honesto por ser imparciales, algo que no es fácil en un caso tan polémico", dijo.

"Solo me parece una pena que no hayan encontrado más espacio para hablar de la belleza y la profundidad de las enseñanzas de él. La gente se queda sin entender por qué tantas personas querían estar cerca de ese hombre".

Después de una temporada en Alemania con su esposa, una brasileña que conoció precisamente en la polémica comunidad en Estados Unidos, Mukto se fue a Brasil, donde ambos fundaron Osheanic International.

Su hoy exmujer y socia en el centro de meditación no quiso hablar sobre sus recuerdos de aquella época. "Para ella fue muy doloroso ver la serie y recordar todo lo que sucedió", afirmó él.

"No somos un centro oficial de Osho precisamente porque, después de todo lo sucedido, yo dudé ser parte de una organización. Pero aún siento amor por él y le estoy agradecido por lo que me enseñó", afirmó.


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