De la esperanza a la incertidumbre: el gobierno norcoreano advirtió este miércoles que cancelará la histórica reunión entre su líder, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, si Washington continúa insistiendo con la idea de que Corea de Norte acabe con su arsenal nuclear.
El encuentro, sin precedentes en la historia de ambas naciones, está programado para el próximo 12 de junio en Singapur.
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Pero el furioso comunicado del gobierno norcoreano de este miércoles, en el que acusa a EE.UU. de hacer declaraciones imprudentes cargadas de intenciones siniestras, ha puesto en duda que la cumbre efectivamente se concrete.
Y al parecer, todo el malestar tiene un nombre: John Bolton, el consejero de seguridad estadounidense.
"No podemos esconder nuestro sentimiento de repugnancia hacia él", dijo Kim Kye-gwan, el viceministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte.
Hasta ahora, el acuerdo que sirvió para abrir el camino a un posible encuentro entre los líderes de Corea del Norte y EE.UU. fue el compromiso con la desnuclearización de la península.
Pero lo que encendió las alarmas del gobierno de Pyongyang fueron las declaraciones de Bolton, en las que dijo que Corea del Norte podría seguir el "modelo de Libia" de desnuclearización.
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Según los medios locales, al gobierno norcoreano no le ha pasado desapercibido que dicho proceso en la nación norafricana terminó con el derrocamiento de su líder, el coronel Muamar Gadafi, a manos de fuerzas rebeldes que eran respaldadas por gobiernos de Occidente.
Varios analistas afirmaron que este cambio de posición de Pyongyang ha tomado por sorpresa al gobierno de EE.UU.
Para la corresponsal de la BBC en Seúl, Laura Bicker, Corea del Norte -que ha dicho en repetidas ocasiones que su arsenal nuclear es fundamental para sobrevivir como un Estado- está dejando en claro sus demandas frente a Washington.
¿Por qué el cambio de actitud?
Para Bicker, la principal razón por la que Corea del Norte ha dedicado años al desarrollo de un arsenal nuclear, a un costo tan elevado, es la necesidad de sobrevivir.
Y el país claramente desea continuar existiendo.
"Así que comparar su proceso de desnuclearización con el que ocurrió en Libia o en Irak, como lo hizo Bolton este domingo, no ayuda a traer tranquilidad al gobierno de Kim Jong-un", explicó Bicker.
"Y no ayuda por una sencilla razón: ambos regímenes colapsaron", agregó.
Pero la reacción norcoreana no sólo es un dardo en contra de Bolton, sino también una advertencia a la administración de Donald Trump.
"Ellos son conscientes de todo lo que quiere obtener Trump de esta reunión y cómo está construyendo el escenario para que se vea que es resultado de su estrategia de presión máxima sobre el régimen norcoreano", explicó Bicker.
"Corea del Norte quiere que el mundo sepa que está llegando a la mesa de negociación en una posición de fuerza, y es posible que sus líderes sientan que están haciendo todas las concesiones", agregó.
Y en ese sentido, algo hay de cierto: Corea del Norte suspendió todas sus pruebas con misiles, liberó a tres estadounidenses que estaban en cautiverio en el país y firmó con Corea del Sur una declaración conjunta sobre la desnuclearización de la península frente a medios de todo el mundo.
"Así que escuchar al gobierno de Donald Trump llevarse el crédito por un acuerdo que no les gusta ha sido ir un paso demasiado lejos", explicó la corresponsal.
"Estos comunicados, más que una amenaza de cancelar la reunión con Trump en Singapur, lo que están buscando es llegar a un acuerdo que le guste a Corea del Norte", añadió.
Hasta ahora se desconoce un pronunciamiento de la Secretaría de Estado de EE.UU.
¿Por qué el mensaje directo hacia John Bolton?
Tal vez por el carácter conservador de Bolton. Y sus últimas declaraciones.
El asesor de seguridad es reconocido por su defensa a ultranza del poder estadounidense y por creer que ese poderío puede ser usado para influir en el extranjero.
En los momentos de mayor confrontación, Bolton había sugerido llevar a cabo un ataque "preventivo" contra Corea del Norte.
Y sus últimas propuestas en tal sentido no han caído nada bien.
Durante este fin de semana dijo que Corea del Norte podría seguir el modelo libio de desnuclearización.
S revisamos el caso, se puede ver que Libia dejó su programa de armas nucleares en 2000 para regularizar sus relaciones con EE.UU. y asegurarse una ayuda económica.
Sin embargo en 2011, durante una rebelión en contra del régimen de Gadafi, varias potencias de Occidente intervinieron a favor de los rebeldes, y el coronel fue capturado y posteriormente ejecutado.
Corea del Norte había dicho en ocasiones anteriores que Libia habría escapado de la intervención militar de Occidente si hubiera mantenido su programa de armas nucleares.
Por eso, la reacción airada de su vice ministro de Relaciones Exteriores.
"No fue una expresión acertada en medio de los diálogos que estamos sosteniendo", dijo.
Y añadió: "Es esencialmente una manifestación de un movimiento siniestro para imponer a nuestro digno Estado el mismo destino de Libia e Irak, que colapsaron por ceder su poder a las grandes potencias".
Corea del Norte concluyó su mensaje sobre Bolton con una advertencia a Trump:
"Si el presidente Trump continúa los pasos de sus predecesores -es decir, se rehúsa a dialogar con Corea del Norte hasta que no acabe con sus armas nucleares- será recordado como el mandatario más trágico y menos exitoso, más que por su ambición inicial de conseguir un éxito sin precedentes".
¿Qué dice el comunicado de Corea del Norte?
El comunicado, firmado por el gobierno de Corea del Norte y leído por el ministro Kim Kye-gwan, dice: "Si EE.UU. nos ha arrinconado y de manera unilateral exige que dejemos nuestras armas nucleares, nosotros no tenemos interés alguno en las conversaciones entre ambos países y estamos reconsiderando nuestra asistencia a la reunión del próximo 12 de junio".
"Teníamos muchas esperanzas en este diálogo entre ambas naciones, pero de manera desafortunada EE.UU. está provocándonos de cara a la cumbre con declaraciones ridículas", añade el documento.
Kim Kye-gwan es un respetado funcionario en Corea del Norte y en ocasiones anteriores ha sido parte del equipo negociador con Washington, así que es poco probable que sus comentarios no estén respaldados por el líder Kim Jong-un.
Como si la declaración no hubiera sido lo suficientemente clara, Corea del Norte también canceló una reunión programada para este miércoles con representantes de Corea del Sur, debido a los ejercicios militares que realizan cerca de la península los ejércitos estadounidense y surcoreano.
Finalmente, Pyongyang accedió a autorizar las maniobras conjuntas, pero las calificó de una "provocación militar innecesaria" que está perjudicando los esfuerzos diplomáticos.
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