La sanción es clara: Paolo Guerrero no podrá jugar durante un año ningún partido "en el ámbito nacional e internacional, amistosos u oficiales".
Lo que significa que el delantero peruano de 33 años no podrá estar junto a su selección en el Mundial de Rusia 2018.
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La Comisión Disciplinaria de la FIFA argumentó su decisión anunciada este viernes basada en el reglamento tras el positivo dado por el jugador en el control antidopaje luego del partido contra Argentina por las eliminatorias sudamericanas el 5 de octubre.
Perú empató ese encuentro y luego selló su clasificación al repechaje contra Nueva Zelanda tras igualar en Lima frente a Colombia.
Luego llegó el mazazo de la suspensión de manera provisional sobre Guerrero, su ausencia contra los oceánicos y el regreso de la selección blanquirroja a un mundial después de 36 años.
Cita a la que el máximo goleador de la historia de Perú todavía no renuncia a ir.
El proceso
Según lo estipula la FIFA, los futbolistas sancionados tienen tres días para manifestar su intención de apelar la decisión de la Comisión Disciplinaria del organismo y siete días para interponer un recurso oficial.
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Los abogados de Guerrero estarían estudiando esta posibilidad y en el escenario que no fructificara llevar el caso a una instancia superior, como sería el Tribunal de Arbitraje Deportivo, conocido como TAS, por su sigla en francés.
La defensa insiste que la contaminación de su cliente no fue de manera premeditada y que la sustancia ingresó a su cuerpo a través de un té de coca.
Más que revertir el castigo, la esperanza para Guerrero es que se reduzca el tiempo de la sanción de un año a seis meses, lo que habilitaría al delantero a jugar el Mundial.
"Hay dos precedentes en casos similares, como el de su compatriota José del Solar y el francés Richard Gasquet", le explicó a BBC Mundo el abogado uruguayo Fernando Sosa, experto en asunto deportivos.
Sosa recordó que la sanción a Del Solar también fue por la sustancia benzoilecgonina, hallada en la muestra de Guerrero, y que sólo fue de seis meses, mientras que Gasquet logró quedar absuelto de una castigo de dos años al demostrar que los rastros de cocaína en su organismo se produjeron tras haber besado a una mujer en un bar.
Con el capitán
Una vez conocido el positivo por dopaje de Guerrero la Federación Peruana de Fútbol salió en defensa de su capitán y referente, destacando en un comunicado que "cumple un rol muy importante" dentro del equipo, "tanto dentro como fuera de la cancha, gracias a la calidad de persona que siempre ha evidenciado".
Guerrero lleva 13 años vistiendo la camiseta de la banda desde su debut en 2004.
En ese tiempo se convirtió en el máximo goleador de la historia de Perú con 32 tantos y tuvo un rol protagónico en las Copa América de 2011 y 2015 cuando guió a su selección al tercer puesto.
En ambos torneos quedó como máximo artillero.
En el ámbito de clubes llegó a formar parte del Bayern Múnich en Alemania, aunque sus mejores actuaciones se produjeron en Brasil.
Junto al Corinthians ganó el Mundial de Clubes frente al Chelsea gracias a un gol suyo en 2012, mientras que con el Flamengo lleva 42 goles desde que llegó al club carioca en 2015.
Alrededor de él fue que el técnico argentino Ricardo Gareca construyó el proyecto para regresar a Perú a un Mundial, apoyándose en la experiencia y liderazgo de su figura para darle espacio a una nueva generación de jugadores.
Eso se vio reflejado en el hecho que los principales goleadores de Perú en las eliminatorias fueron el propio Guerrero junto a Edison Flores, de 23 años.
Sin el capitán
Los tantos de Guerrero se produjeron en su mayoría en la primera rueda de partidos y solo uno ayudó a sumar los tres puntos, el que abrió la cuenta en la victoria sobre Uruguay en Lima 2-1.
Este último ocurrió en la segunda vuelta, en la que también contribuyó con el tiro libre que propició el autogol del colombiano David Ospina en el decisivo último partido de las eliminatorias.
Pero fue evidente que mientras bajaba su protagonismo aumentaba el de Flores, autor de cinco tantos en la recta final del proceso clasificatorio que llevó a Perú a asegurar la quinta plaza que daba acceso al repechaje contra Nueva Zelanda.
Y ya sin su capitán frente a los All Withes, fueron Jefferson Farfán y Christian Ramos los que asumieron la responsabilidad de los goles.
Sumando a Christian Cueva, estrella del Sao Paulo brasileño, y André Carrillo, quien comienza a tener protagonismo con el Watford en la Liga Premier inglesa, el seleccionador Gareca cuenta con buenas alternativas para el ataque.
Está claro que todo Perú desea que su capitán pueda estar en Rusia 2018, pero incluso sin él Perú puede afrontar con cierto optimismo su participación en el Mundial donde la espera Francia, Dinamarca y Australia.
