Opinión

Un nuevo modelo para acabar con el desastre energético

Lee aquí la columna del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño

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Denis Márquez + columnista

La odisea de los incumplimientos, de la irresponsabilidad y la negligencia de la empresa LUMA continúan de manera constante, provocando múltiples daños a miles de consumidores residenciales, comerciales e industriales, además de mantener en vilo constante a todo un país que vive la incertidumbre de no tener energía eléctrica de manera continua.

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Todas las semanas, esta empresa presenta un nuevo escándalo, recientemente en un esquema diseñado, anunció la eliminación de las brigadas nocturnas. Esto provocó una indignación colectiva ante semejante irresponsabilidad y total falta de empatía.

En las últimas semanas, anunciaron el despido de 160 empleados. Por un lado, confirmaron lo que años atrás habíamos denunciado, que los empleados de LUMA no iban a tener ninguna garantía de permanencia en la empresa, simplemente le iban aplicar la injusta reforma laboral. Además, se ha señalado públicamente que estos despidos incluyen empleados con experiencia en el sistema eléctrico de Puerto Rico.

A este “desbarajuste” se une el golpe al bolsillo del consumidor del más reciente aumento a la tarifa de la energía, como consecuencia de la desgraciada dependencia del combustible fósil y de una clara ausencia de una acción por parte del gobierno de cumplir con la política pública de incentivar, promover y desarrollar la energía renovable en nuestro país.

En la Legislatura, se discute de manera inconcebible establecer plantas de energía nuclear y el ejecutivo anuncia propuestas de más energía fósil incluyendo la quema de basura para generar energía.

Para completar el cuadro desalentador de nuestra realidad, en el área de la generación dependemos de una empresa que se vende así mismo el combustible y que tiene graves problemas financieros en claro desprecio al contrato con la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

El gobierno actual, al igual que el anterior, son responsables por aprobar contratos de privatización de nuestro sistema energético, contrarios al mejor interés social y económico del país, por su negligencia constante en la fiscalización de ambas empresas que controlan toda la electricidad en Puerto Rico, y la traición a la promoción de proyectos comunitarios de energía renovable.

Ante este patético cuadro, insistimos en la urgente necesidad de devolverle, a nuestro pueblo, su sistema eléctrico a través de una corporación pública renovada, moderna, despolitizada, y punta de lanza en la construcción de un proyecto de país con energía renovable, como lo proponemos en el Proyecto de la Cámara 797.

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