Las familias trabajadoras tienen que luchar cada vez más para sobrevivir. Aumentos incesantes al costo de vida: alimentos, electricidad, gasolina, vivienda, salud y otros, dificultan poder cumplir con estas obligaciones y necesidades vitales. Como si esto no fuera suficiente, el gobierno federal ha lanzado a la calle el aparato militar represivo, utilizando individuos que parecen mercenarios, con sus caras tapadas, vestidos en equipo táctico, en guaguas sin identificar y con armas automáticas a secuestrar violentamente a personas basándose únicamente en la apariencia física y su idioma; es decir, en prejuicios y discriminación.
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Esto ha provocado un estado de pánico en el que la muy querida comunidad migrante ha tenido que regresar al encierro involuntario que pensábamos se había superado luego de la pandemia. Madres no se atreven a llevar a sus crías a la escuela ni a buscar ayuda médica por temor a ser secuestradas por personas enmascaradas y sin identificación, y ser no solo separadas de su familia, sino que llevadas a un país que no conocen, sin ayuda y sin derechos. El estado de terror, el uso abusivo del aparato militar que vivimos nos obliga a que no ignoremos el neofascismo, pero que lo rechacemos de manera absoluta.
Según la revista TIME, las cifras del gobierno federal indican que, en Puerto Rico, se han arrestado alrededor de 1,000 migrantes, de los cuales la abrumadora mayoría no posee récord criminal y en su gran mayoría son menores de edad. Las políticas discriminatorias, xenófobas y racistas del presidente Donald Trump afectan a Puerto Rico con mayor impacto, debido al estatus colonial y al servilismo crónico de parte de su gobernadora trumpista, Jenniffer González, quien entregó información confidencial de decenas de miles de personas del Departamento de Transportación y Obras Públicas a las agencias federales sin mediar una orden judicial.
Si crees en los valores de la humanidad y la solidaridad, te invito a que vayas a la manifestación “Contra todo abuso de poder” este sábado, 18 de octubre a las 4:00 p.m. frente al Tribunal federal en Hato Rey.