Opinión

Experiencia de futuro

Lee aquí la columna del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño

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Denis Márquez + columnista

El 20 de septiembre de 2017 marcó la historia reciente de Puerto Rico. El paso del huracán María destruyó la infraestructura de nuestro archipiélago, destruyó miles de hogares, golpeó brutalmente a miles de familias y provocó la muerte de miles de personas. A esta inmensa destrucción se une la negligencia e irresponsabilidad del gobierno.

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El huracán puso de manifiesto la cruda realidad subyacente: una inmensa desigualdad social, contundentes niveles de pobreza en amplios sectores del país, una ruralía discriminada por décadas, una inexistente planificación urbana y social, y precariedad en la construcción de miles de viviendas en Puerto Rico. Se puso de manifiesto la decadencia de nuestros sistemas energéticos y de acueductos bajo una administración irresponsable y dominada por el clientelismo político que contribuyó a su destrucción.

La solidaridad nacional y el esfuerzo comunitario fue, sin duda, el otro lado de la moneda. Miles de trabajadoras y trabajadores gubernamentales ejercieron sus funciones más allá del deber de sus funciones, lucharon y se esforzaron para contribuir a la reconstrucción del país. Los profesionales de la salud fueron protagonistas de un servicio necesario y fundamental, física y emocionalmente.

La solidaridad comunitaria fue figura cimera en todo este angustioso desastre. El trabajo de limpieza, reconstrucción de hogares, apoyos entre vecinos y protección a los pequeños y los adultos mayores, dos grupos de mayor vulnerabilidad en el país; organizaciones sin fines de lucro, comerciantes, grupos sociales, diversas iglesias formaron parte de una nación golpeada, pero en lucha por su país. La otra parte de esta cara solidaria de nuestra nación se encuentra en la diáspora. Respondieron por su isla al suplir bienes materiales para familias y comunidades de las que son parte.

El huracán María nos golpeó al poner de manifiesto la injusticia y la desigualdad, las décadas de incompetencia gubernamental, la falta de compromiso con el medioambiente y los recursos naturales que aún hoy son los mismos expuestos hace ocho años por el huracán. Pero estamos convencidos de que las solidaridades, la acción comunitaria, el compromiso social de miles de personas en diversos espacios son los que nos van a permitir seguir pensando con claridad, educándonos, cuestionando, trabajando y reconstruyendo nuestro país hacia una Patria Nueva, fortalecida con la experiencia y en beneficio de todos.

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