Opinión

Insuficiente la retención en Puerto Rico de los médicos que formamos en nuestras escuelas de medicina

Lee aquí la columna del exdirector médico de la Capital.

Ibrahim Pérez
Ibrahim Pérez

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La Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico (EMUPR) ha sido la única que desde fines de la década de 1970 (cuando ya contábamos con cuatro escuelas de medicina) ha retenido en PR año tras año la mayoría de sus egresados para ocupar nuestras plazas de adiestramiento postgrado. Sus egresados que escogieron hospitales en EE. UU. han variado de un mínimo de 25/110 en 1998 (85 permanecieron en PR) a un máximo de 45/104 en 2022 (59 permanecieron en PR). Sin embargo, nuestra EMUPR todavía mantiene su liderato en la retención de sus egresados de medicina para hacer su post grado en Puerto Rico. Durante 13 de los 14 años transcurridos entre 2012 y 2025, Ponce School of Medicine (PSM) ha liderado en egresados que han escogido hospitales en EE. UU. para iniciar su post grado. En cada año desde 2015, los egresados de la Escuela de Medicina San Juan Bautista también han escogido mayoritariamente hospitales de EE. UU.

Nuestras cuatro escuelas de medicina enfrentaron simultáneamente su peor momento en 2022, el año post terremotos y pandemia COVID, cuando se nos fueron hacia EE. UU. la mayor cantidad de egresados de medicina (173). Cada una de las escuelas estableció ese año su marca de éxodo anual hacia EE. UU. (Ponce School of Medicine 61, Universidad de Puerto Rico 45, Universidad Central del Caribe 37 y San Juan Bautista 30). No fue casualidad que durante ese periodo borrascoso se desarticulara el cuidado médico en el país y se registrase una marca de mortalidad para el Siglo 21 (34,894 muertes en año 2022), un impresionante 23% mayor que las 28,427 muertes de 2015. Tuvimos un fugaz indicio de recuperación en 2023 y 2024, pero en 2025 hemos retrocedido nuevamente.

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La retención en Puerto Rico de nuestros egresados de medicina no arranca, a la vez que Ponce School of Medicine (67) y San Juan Bautista (33) han establecido nuevas marcas para el año 2025-2026 de egresados escogiendo hospitales de EE. UU. Estamos experimentando una significativa disparidad numérica en el porcentaje de retención en Puerto Rico de los egresados de nuestras escuelas de medicina. Mientras las escuelas de la Universidad de Puerto Rico y Universidad Central del Caribe combinadas registran entre 2022-2025 un 58% de sus egresados quedándose en Puerto Rico para realizar su adiestramiento post grado, un 64% de los egresados de las escuelas Ponce School of Medicine y San Juan Bautista combinadas escogieron hospitales en EE. UU. para comenzar su adiestramiento post grado. Tal disparidad en retención entre nuestras cuatro escuelas de medicina está teniendo un impacto neutralizante y limitante en el objetivo común de retener y aumentar el número de médicos egresados de nuestras cuatro escuelas locales para que hagan su práctica médica en Puerto Rico y sirvan a las necesidades de nuestro pueblo. Nos hemos distanciado del patrón de retención que reinó hasta la primera década del Siglo 21 cuando reteníamos en Puerto Rico una clara mayoría de nuestros egresados y logramos sumar 4,000 nuevos médicos (de 7,000 a 11,000) para el país entre 2000 y 2010.

Examinemos brevemente algunos eventos determinantes que antecedieron la crisis de retención que padecemos hoy. Nuestro Siglo 21 inició con un crecimiento médico que parecía imparable. Pero ese crecimiento se fue deteriorando por la recesión económica y ola migratoria que comenzó en 2004, más la pérdida para 2007 de 20% de las plazas de residencia disponibles. Sobre 240 plazas fueron eliminadas en los hospitales públicos privatizados de Bayamón, Ponce, Caguas y Mayagüez. El panorama empeoró posteriormente cuando la recesión económica se combinó con la nefasta, abusiva y unilateral interferencia de las aseguradoras en la práctica de la medicina para provocar un masivo éxodo de médicos hacia EE. UU. que ha paralizado nuestra clase médica activa en apenas 10,000 galenos. En 2025, todavía se siguen yendo hacia EE. UU. más del doble (156) de egresados de nuestras escuelas de medicina de los que se fueron en 2004 (75), un patrón para el que no hemos encontrado antídoto que lo pueda contrarrestar.

Interesantemente en 2025, estamos produciendo en las escuelas de medicina de Puerto Rico los médicos necesarios, aproximadamente 300 graduandos por año. Pero no los estamos reteniendo. Desde 2017, hemos contado con la ayuda de la Escuela de Medicina de St. Kitts, cuya alta matrícula de puertorriqueños han estado fluyendo por decenas hacia ocupar nuestras plazas de residencia y llenar los espacios dejados vacíos por la creciente emigración hacia EE. UU. de nuestros egresados locales. La ocupación de plazas en nuestras catorce instituciones auspiciadoras de programas de adiestramiento post grado corrobora la disparidad que existe entre nuestras escuelas de medicina locales sobre la retención de nuestros egresados de medicina. Las escuelas de medicina de donde provienen los ocupantes de nuestras 346 plazas de adiestramiento de primer año para 2025-2026 registran en la delantera a los egresados del dúo UPR-UCC con 133 plazas ocupadas, mientras los egresados del dúo local PSM-SJB registran apenas 68 plazas ocupadas. Los egresados del combinado St.Kitts-Universidad Autónoma de Guadalajara se han intercalado entre ambos grupos locales con 97 plazas ocupadas, mientras siguen llenando de manera creciente los espacios vacíos que han estado dejando los egresados de las escuelas locales durante los últimos años.

Desde 2024, las residencias para el adiestramiento de especialistas y subespecialistas han experimentado su mejor momento desde la preReforma de 1993. Hemos vuelto a rebasar las mil plazas de adiestramiento por año que tuvimos en 1993, estableciendo en julio 2025 una nueva marca en total de plazas anuales disponibles y en plazas de primer ingreso por año. Los datos recopilados confirman que hemos incrementado de 279 a 346 plazas de primer año entre 2022 y 2025 (+67 plazas), pero que ello no ha venido acompañado de un aumento en la retención en PR de egresados de nuestras escuelas locales como muchos líderes académicos predecían, aunque sí de un incremento predecible en la ocupación, especialmente a nivel Isla, por egresados de escuelas extranjeras que llenan los espacios dejados libres porque se han agotado los candidatos locales que las pudieron haber ocupado. Para aquellos que justifican el incremento de nuestros egresados de medicina buscando plazas en EE. UU. porque no existen o escasean en Puerto Rico, los datos confirman que dichos egresados buscan allá prácticamente las mismas disciplinas médicas principales que ofrecemos en Puerto Rico, encabezadas por Medicina interna, nuestra más numerosa residencia con 110 plazas anuales disponibles en 10/14 instituciones locales.

Es importante reconocer la aportación académica de las Escuelas de Medicina de St. Kitts y Autónoma de Guadalajara y considerar extenderle a los talleres médico-hospitalarios de enseñanza existentes en Puerto Rico, los beneficios de la ley 136 de 2006, enmendada, que al presente solo cobija a los talleres locales que acogen estudiantes de medicina de nuestras escuelas locales, para que también cubra a los puertorriqueños que estudian medicina en St. Kitts y Guadalajara, a la vez que los va familiarizando e incorporando a nuestra práctica médica y fortaleciendo la plantilla médica que sirve a los pacientes de los hospitales participantes.

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No debemos seguir malgastando millones de dólares en establecer en PR residencias criollas no acreditadas, las cuales nos ponen en riesgo de degradar la alta calidad de la clase médica que nos ha caracterizado por las pasadas ocho décadas. Tampoco hace sentido eliminar el requisito de estudiar premédica antes de ingresar a una escuela de medicina, lo cual debilitaría la base de conocimiento científico que es esencial para magnificar el potencial de éxito del joven crudo que entra a una carrera tan prolongada y difícil como es la medicina. Repetimos: nuestra producción de médicos y especialistas es adecuada en el PR de hoy. Retenerlos en Puerto Rico después de graduarse constituye nuestro mayor obstáculo y nuestro gran reto.

Nuestras escuelas de medicina locales tienen que intensificar sus esfuerzos hacia una mayor retención en Puerto Rico de sus egresados, incluyendo el reevaluar sus criterios de admisión de nuevos estudiantes, para que además de requerirle índices académicos impecables, identifiquen y seleccionen aquellos solicitantes que muestren un claro compromiso con la medicina como vocación y no como negocio, que representen los inviolables principios morales y éticos de la práctica de la medicina, y que expresen su disponibilidad a unirse a la academia médica para dedicarle tiempo a la enseñanza de futuros colegas. Debemos sentarnos y analizar a profundidad el tema con los propios estudiantes de cada una de las clases de cuarto año de nuestras cuatro escuelas de medicina temprano cuando comience su año de graduación en agosto, con bastante antelación a que decidan a dónde irán a continuar su adiestramiento post grado.

Es indispensable enfatizar, que, aunque nuestras instituciones académicas hagan el máximo esfuerzo para incrementar la retención de médicos en Puerto Rico, eso sólo no será suficiente, a menos que el gobierno y la clase política decidan parar en seco la unilateralidad abusiva de las aseguradoras. Requeriría el fiscalizar las aseguradoras con mayor rigor que nunca antes, para que cumplan su compromiso contractual de 1993 de que serían facilitadoras, y no impedimento, para proveerle un cuidado médico hospitalario óptimo a nuestra población pobre. Requeriría el no permitir que sigan tratando a nuestros pacientes como “clientes” conformes a quienes se le puede limitar acceso y negarle servicios médicamente necesarios con el único propósito de generar mayores ganancias para sus empresas y accionistas. Requeriría que se reconociera y respetara la clase médica como únicos licenciados y autorizados para ejercer la práctica de la medicina en PR, y que sean compensados con tarifas justas.

Tenemos que enfrentar con voluntad y valentía la raíz del problema. El no hacerlo tendrá graves consecuencias: perpetuaremos la escasez de profesionales de la salud, continuará incrementando nuestra prevalencia de enfermedades crónicas, la mortalidad continuará aumentando, cerrarán más hospitales, aumentarán nuestros grupos poblacionales más desventajados y vulnerables: pobres, envejecidos, impedidos y madres solteras, y el costo de nuestro sistema de salud se hará insostenible. Seguir enriqueciendo a las insensibles aseguradoras a costa del bienestar de pacientes y proveedores, sus indispensables protagonistas, jamás enderezará nuestro maltrecho sistema de salud.

La verdad os hará libres Juan 8:32

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