Este pasado miércoles, 28 de junio, ocurrió uno de esos momentos de verdadera unidad puertorriqueña. Allí estaban dos grandes grupos. Un grupo lo formaban las organizaciones empresariales con los que Proyecto Dignidad comparte principios y perspectivas. El otro grupo lo componía organizaciones de la izquierda socialista. Sorprendentemente, el problema de energía de Puerto Rico, unido al desenfoque del Gobierno en la gestión del problema - lastre para el desarrollo económico de la isla - logró que grupos con visiones de mundo tan opuestas, se unieran.
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Una unidad que se fraguó a pesar de su fragilidad. Las organizaciones empresariales tuvieron dificultades para convencerse de expresar su malestar y preocupación con las malas decisiones gubernamentales. El alcance y poder del Gobierno es tal, que castiga a aquellos que a conciencia y en todo su derecho, objetan sus malas políticas. Saben los empresarios que criticar al gobierno tiene un costo.
Nos preocupaba que la actividad no tuviera la disciplina necesaria y terminara en un “caos organizado” como ha ocurrido en muchas protestas en la calle Fortaleza. También preocupaba que los grupos, conservadores como Dignidad o progresistas como Movimiento Victoria Ciudadana, intentaran atribuirse el mérito o intentaran posicionarse como líderes de esta. Proyecto Dignidad (PD) cumplió con su compromiso de participar y protestar pacíficamente, y resaltar el tema fundamental para PR, aunque en un momento tuve que tomar decisiones, para mantener la civilidad.
Las organizaciones de la izquierda socialista, que no tienen ni la vocación democrática, ni la paciencia, no disimularon su disgusto porque Proyecto Dignidad estuviera marchando por un mejor futuro para PR. Los escuché decir que Proyecto Dignidad usurpaba su discurso. Como le comenté a un líder de MVC, coincidimos solo en el sombrero.
Proyecto Dignidad lucha por el mejor futuro posible para PR: democrático, de libertad personal y empresarial. Han sido tantos los años que el Partido Nuevo Progesista y Partido Popular Democrático solo han sido vehículos para el poder y el lucro de algunos, que las organizaciones de la izquierda socialista han llegado a creer que tienen el monopolio de los asuntos importantes para nuestra isla. Cuando encuentran ópticas distintas a su viejo fundamento de la “guerra de clases” son muy propensos a la confrontación que pudiera generar violencia.
La Dignidad es un derecho universal. La Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, establece en su primer artículo que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Desde otra óptica, todos somos portadores de la imagen de Dios. Esto significa que todas las personas, independientemente de su raza, sexo, origen étnico, religión, o cualquier otra característica, tienen derecho a ser tratadas con dignidad. Si los ciudadanos de una sociedad son libres de buscar su mejor bienestar y son tratadas con dignidad, la sociedad alcanza la libertad. Puerto Rico tiene derecho a la Dignidad.