Opinión

Opinión: La factura de la luz en Puerto Rico aumentó 46% en 2022; el sol puede bajarla

Lee aquí la columna de David Gumbs, Co-director de Islas de RMI, y Dr. James Fletcher, Director Ejecutivo de Soloricon

energía solar

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En todo el Caribe, con excepción del país petrolero de Trinidad y Tobago, la electricidad es de las más costosas en el mundo, y la tendencia es al alza. En los países de la región que no producen petróleo, el precio promedio ha aumentado en más de un 40% desde el 2015.

Debido a la dependencia de combustibles fósiles importados para la generación eléctrica, el precio de la electricidad sube y baja en el Caribe según el precio del petróleo. Tal como la dependencia de productos agrícolas importados crea inseguridad alimentaria, la dependencia de petróleo importado crea inseguridad energética.

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Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Hay una solución. Podemos ser autosuficientes, tener seguridad energética y ser dueños de los recursos de generación locales.

Millones de turistas llegan a nuestras costas queriendo disfrutar del eterno sol caribeño, las bellísimas playas y los invaluables ecosistemas naturales. Ese mismo sol podemos usarlo no solo para generar actividad turística, sino también nuestra electricidad.

La electricidad que produzcamos en Puerto Rico de recursos renovables será más económica y fortalecerá nuestra seguridad energética, reduciendo la dependencia del petróleo importado. Limitará nuestra aportación al cambio climático colocándonos a la vanguardia en esta lucha global. Usar el recurso sol además abrirá la puerta a que todos tengamos acceso a energía resiliente, limpia y económica y, eventualmente, a transportación menos contaminante y costosa.

Esto no es una idea hipotética. Ya hay varios proyectos solares a través del Caribe generando energía más limpia y económica. Por ejemplo, un proyecto solar en Montserrat aumentó la aportación de renovables a un 50% de la generación total del país y se proyecta que reducirá el costo de generación por más de $17.5 millones durante la vida del mismo. Solo hace falta más compromiso político. Gobiernos, ciudadanos y las compañías eléctricas tienen que hacer causa común y tomar acciones afirmativas para hacer la transición a energía renovable limpia.

Solar no es solo mejor para el ambiente y más económico, en promedio cortando el costo de generación por más de 30%, también ayuda a la recuperación luego de un huracán. Cuando se cae una red eléctrica grande, como sucedió en Puerto Rico con el paso de María, puede tomar semanas o hasta meses restablecer el servicio. Ahora mismo, en Bahamas y Puerto Rico, se construyen microredes solares con almacenaje en baterías capaces de resistir el embate de un huracán intenso o de recuperarse en poco tiempo. Estas microredes aumentan la resiliencia de toda la red mientras reducen los costos de generación.

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La adopción a gran escala de energía renovable también creará diversidad de nuevos empleos para gerentes, electricistas, ingenieros civiles, mecánicos y eléctricos, plomeros, maquinistas, operadores de equipos pesados, profesionales de la metalistería, técnicos, obreros de la construcción, diseñadores y vendedores, entre otros.

Al movernos a un sistema eléctrico basado en fuentes renovables, eventualmente haremos que la transportación también sea más económica. La disponibilidad y accesibilidad de carros, guaguas y camiones eléctricos aumenta a diario con adelantos en la tecnología de las baterías, y los mercados crecientes de e-movilidad siguen reduciendo los costos. Muchos de los fabricantes de vehículos han establecido metas específicas para descontinuar la manufactura de motores de combustión sustituyéndolos con motores eléctricos. En Bermuda, recién inauguran una flota de guaguas públicas eléctricas y se proyecta que la totalidad del sistema de transportación público será eléctrico dentro de los próximos ocho años. Si podemos abaratar la electricidad, las opciones de movilidad eléctrica también serán más económicas para todos.

Llegó el momento de explotar el recurso sol para generar nuestra propia electricidad en el Caribe. Esto reducirá el costo de la electricidad, creará empleos, nos hará más resilientes ante los ciclones tropicales, reducirá las emisiones de gases invernadero, mejorará la calidad del aire que respiramos y nos proveerá seguridad energética. Debemos actuar ahora para promover y adoptar soluciones energéticas nativas y más costo-efectivas. No podemos arriesgar nuestro futuro con la inacción.

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