Hago esa aseveración porque si la estadidad, como fórmula descolonizadora, es tomada a chiste y como algo poco serio, tanto el Partido Nuevo Progresista (PNP) como la “delegada de la estadidad” (nótese las comillas) aportan con igual esfuerzo a que dicha opción de estatus sea ridiculizada por los sectores opositores a la misma.
Comencemos con el PNP.
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Como he expresado anteriormente, el peor enemigo de la estadidad es esta colectividad. Con sus actuaciones no hace falta que el Partido Popular Democrático (PPD), el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Partido Victoria Ciudadana (MVC) hagan mucho esfuerzo por “chiquitear” o minimizar la estatidad. Veamos los resultados a favor de la estadidad en las elecciones en las que se ha abordado el tema.
- 1967 – 264,312 (39%)
- 1993 – 788,296 (46%)
- 1998 – 728, 157 (47%)
- 2012 – 805,155 (61%)
- 2017 – 508,862 (97%)
- 2020 – 655,505 (53%)
- 2021 – 92,448 (4%)
En el 2012 y el 2020 se plebiscitaron las elecciones generales para llevar estadistas a las urnas con la intención principal de que los candidatos del PNP fueran electos. Había antipatía general con el PNP, pero cuando a un estadista “de clavo pasao” le ponen la formula en una papeleta, este suele renunciar a la abstención y estando en la urna, aprovecha y vota por “la palma”. La estadidad es utilizada al antojo y la necesidad del PNP.
En el 2017, cuando no había elecciones generales el evento se convirtió en uno en el que la estadidad tuvo los números más desastrosos en los pasados 29 años. El total de personas inscritas para votar bajó de 2012 a 2017 un 6% y la cantidad de votos por la estadidad bajó 37%.
El PNP intentó jugar con el Congreso vendiéndole que el 97% de la población había apoyado la estadidad, cuando realmente fue un ejercicio que la inmensa mayoría de los electores no le prestaron atención, precisamente por la poca seriedad del PNP con el tema. En ese evento participaron los penepés casi solos, por eso el 97%, pero miren los números de los votos: los más bajitos del 1993 para acá. Desde el 1998, con Pedro Rosselló, el PNP ha ido al Congreso con sus resultados y los ignoran.
“La cherry” del postre fue la elección de los cabilderos de la estadidad. ¿Cómo se explica que un partido que ronca de tener cientos de miles de estadistas solo lleve a las urnas 92,000 electores? El PNP y sus trucos con la estadidad están leídos.
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El proyecto de los cabilderos de la estadidad fue y es una chapucería, pero eso no le importa a ellos porque con eso hacen “check mark” en la narrativa de que están “luchando por la estadidad”. Cuando el proyecto era promover y defender la estadidad “de gratis” nadie o muy pocos se interesaron en ocupar las sillas. Tuvieron que ponerle dinero a los puestos y aparecieron más de 10. En ese sentido, la estadidad se convirtió, con este proyecto, en un negocio.
El pasado lunes se dio la vista judicial que busca destituir a la “delegada de la estadidad” (nótese nuevamente las comillas) Elizabeth Torres. La expresión del juez Anthony Cuevas sobre lo confusa que es la ley fue elocuente: “Tengo una idea de lo que deben hacer (los cabilderos por la estadidad), pero hay tanta creatividad e imaginación en esto que permiten cualquier cosa”. Cuando una ley da una idea es porque no es clara. Así legisla el PNP sobre la estadidad, así de serio la toman.
En el caso de Elizabeth Torres, que nadie duda de sus dones histriónicos, sus contradicciones en el sentido que la ley no sirve, que no llevará a ningún lado la estadidad, pero que al mismo tiempo seguirá cobrando del bolsillo del pueblo por algo en lo que ella no cree, valida que la estadidad es un negocio lucrativo para muchos, con lo que se gana dinero de forma fácil y sin mucho esfuerzo. Como las actuaciones del PNP, las de Torres le quitan seriedad al tema. Su video de los tenedores abrió los ojos de muchos. Ciertamente ella tiene sus seguidores, pero los que más gritan, insultan o muestren mayor nivel de fanatismo, entiendo no son la mayoría. Si en los próximos días estos delegados fueran a elección nuevamente bajo las mismas circunstancias del 2021, cuando los eligieron, quizás Ricardo Rosselló y Zoraida Buxó serían reelegidos, pero a los demás no los veo, en especial a Torres.
Aquí en Puerto Rico el PPD ni el PNP quieren que el status se mueva porque ninguno trabaja el tema con seriedad. Entre ambos se obstaculizan, sabiendo que eso impide que se mueva el tema y mientras no se mueva los PNP mantienen la franquicia electoral con su cuento de que “la estadidad está más cerca que nunca” y los populares mantienen la suya con la ciencia ficción de que el ELA está vivo con poderes autonómicos. Mientras el PNP y el PPD tienen que abrazarse a sus fórmulas ideológicas para subsistir, el único que aumenta votos alejándose de su formula es el PIP. Así quedó demostrado en las pasadas elecciones cuando Juan Dalmau se alejó del discurso principal de traer la independencia y sacó más votos.
Finalmente, regresando al tema principal de este escrito, por lo antes expuesto tanto el PNP como Elizabeth Torres le hacen igual daño a la estadidad, por lo tanto son “del un pájaro, las dos alas”.