La organización Kilómetro 0 expresó preocupación ante la muerte de Rafael Acosta Centeno, ocurrida durante una intervención policiaca en Barceloneta en un contexto de una aparente crisis de salud mental.
Según datos recopilados por la entidad, este sería el décimo tercer caso del año en el que una persona fallece en incidentes relacionados al uso de fuerza policial en Puerto Rico, y al menos el cuarto vinculado a situaciones de salud mental.
De acuerdo con la información divulgada por el grupo, Acosta Centeno habría llamado al 9-1-1 indicando que tenía intenciones de quitarse la vida y que planeaba incendiar su vehículo, estacionado frente a su residencia. Durante la intervención, presuntamente hirió con una cuchilla a uno de los agentes municipales, quien se encuentra estable.
Kilómetro 0 cuestionó en un comunicado de prensa la pertinencia de que personal policiaco sea quien responda a este tipo de emergencias. La organización planteó que la participación de profesionales de la salud mental adiestrados en técnicas de desescalada podría ofrecer alternativas menos riesgosas en escenarios de crisis.
La entidad argumentó que la presencia de la Policía suele implicar dinámicas de autoridad, comandos verbales y el uso de fuerza cuando las instrucciones no son acatadas, lo cual —según su análisis— puede intensificar la tensión en personas que atraviesan situaciones emocionales severas.
El grupo insistió en la necesidad de fortalecer una infraestructura de respuesta basada en salud pública, con equipos de intervención compuestos por profesionales capacitados en manejo de crisis. También reiteró su reclamo de que las muertes asociadas a intervenciones policiales sean investigadas de manera independiente.
Kilómetro 0 sostiene que este caso se suma a un patrón de intervenciones mal manejadas que pueden derivar en episodios de violencia y desenlaces fatales. Como parte de su campaña “Manejo de Crisis sin Policía”, el colectivo aboga por limitar la participación de la Policía en este tipo de emergencias y promover alternativas comunitarias de apoyo y acompañamiento.
La organización enfatizó que cualquier persona puede atravesar una crisis emocional y que la respuesta del Estado debe priorizar el cuidado y el tratamiento, en lugar de enfoques punitivos.

