El director interino de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), David Richardson, dejará el cargo después de la temporada de huracanes tras meses de controversias públicas y tensiones internas. Richardson presentó su renuncia el lunes, según confirmó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que supervisa FEMA, y ofreció un aviso de dos semanas.
No obstante, tres fuentes consultadas por CNN afirmaron que el DHS ya preparaba un proceso para removerlo debido al creciente descontento dentro de la agencia.
Su salida incrementa la presión sobre FEMA, responsable de coordinar la recuperación ante los peores desastres en Estados Unidos, mientras la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, impulsa reformas de amplio alcance que podrían redefinir el futuro del organismo, destacó CNN.
Un funcionario de FEMA conocedor de la decisión señaló que Karen Evans, aliada cercana de la Administración Trump en el DHS y recién nombrada jefa de gabinete de la agencia, reemplazará a Richardson.
Más tarde, un portavoz del DHS confirmó en un comunicado que Evans asumirá sus funciones el 1 de diciembre. El portavoz añadió que ambas agencias agradecen a Richardson “su dedicado servicio y le desean éxito en su regreso al sector privado”.
Richardson, un leal a Noem pese a su falta de experiencia en gestión de desastres, enfrentó críticas desde su designación. Su gestión vivió su momento más crítico en julio, cuando inundaciones catastróficas devastaron Texas y provocaron más de 130 muertes.
Durante las primeras horas de la emergencia, Richardson se encontraba de vacaciones y fue imposible contactarlo. Posteriormente declaró ante legisladores que pasó ese tiempo dentro de su camioneta, “pegado al teléfono”, coordinando la respuesta federal.
En junio, Richardson también provocó reacciones internas cuando afirmó en una reunión con empleados que desconocía que Estados Unidos tiene una temporada de huracanes, un comentario que el DHS describió después como una broma.

