El Vaticano proclamó oficialmente santo al venezolano José Gregorio Hernández, conocido como el “médico de los pobres”, durante una ceremonia solemne presidida por el papa León XIV en la Plaza de San Pedro. Miles de fieles asistieron al acto religioso en Roma, mientras millones siguieron la transmisión desde Venezuela y otros países de América Latina.
Según la agencia Associated Press (AP), el pontífice encabezó una misa multitudinaria en la que canonizó a siete nuevos santos de la Iglesia católica, entre ellos a Hernández y a la religiosa venezolana madre Carmen Rendiles Martínez, fundadora de la congregación Siervas de Jesús. Este reconocimiento convierte a Hernández en el primer santo venezolano, un hecho histórico para la Iglesia en ese país.
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¿Quién fue José Gregorio Hernández?
José Gregorio Hernández nació en el estado Trujillo en 1864. Fue médico, científico y profesor universitario en Caracas. Se destacó por combinar su fe cristiana con la práctica médica y por atender gratuitamente a personas sin recursos, lo que le valió el apodo de “médico de los pobres”. Murió en 1919, a los 54 años, tras ser atropellado en una calle de la capital venezolana cuando acudía a llevar medicinas a una anciana enferma.
La devoción popular en torno a Hernández creció rápidamente tras su muerte. Su imagen se convirtió en símbolo religioso en Venezuela y otros países de la región, donde es venerado como intercesor en causas de salud. Murales, estampas y altares domésticos con su imagen forman parte de la cultura popular venezolana.
El proceso de canonización de José Gregorio Hernández se extendió por más de 70 años. Fue declarado “Venerable” en 1986 por el entonces papa Juan Pablo II, quien destacó su vida ejemplar. Décadas después, el Vaticano reconoció un milagro atribuido a su intercesión: la recuperación de una niña venezolana que había recibido un disparo en la cabeza en 2017.
Ese hecho permitió su beatificación en 2021. Más adelante, el papa Francisco aprobó una medida excepcional que permitió avanzar hacia su santidad definitiva sin requerir la confirmación de un segundo milagro, debido a la masiva devoción popular hacia su figura y a su legado de servicio cristiano, confirmó el Vaticano.
La canonización
Durante la ceremonia de canonización, el papa León XIV recordó a los nuevos santos como “testimonio luminoso de fe cristiana y servicio al prójimo”. Sobre Hernández, el pontífice destacó su compromiso con el cuidado de los enfermos y su vocación de humildad. La Plaza de San Pedro se llenó de banderas venezolanas y cánticos religiosos dedicados al nuevo santo latinoamericano.